Crónica Colectiva
La semana pasada, y por cuarto año consecutivo, se realizó el Paro Internacional Feminista. Un encuentro en donde cientos de miles de mujeres, lesbianas, travestis y trans alrededor del mundo se organizan para detener el trabajo productivo y reproductivo, y ocupar las calles enlazadxs en un solo grito colectivo contra con las distintas formas de opresión y violencia.
Buscando reponer aunque sea una pequeña muestra de este acontecimiento internacional, este año BORDES convocó nuevamente a activistas feministas de distintos países para que compartieran su mirada sobre el #8-9M, su relevancia en la agenda mundial y los principales desafíos que se abren para los feminismos.
Las intervenciones a continuación enlazan una cartografía para seguir reflexionando sobre lo sucedido y las estrategias necesarias no solo para articular modos de resistencia frente a la precariedad, sino también para recrear otras formas de vida en común.
Índice
- Argentina. “Hasta que nuestros reclamos, sean carne y tierra, las calles son nuestras”. Nora Goren, Directora del IESCODE y de la Diplomatura de Políticas Públicas y Feminsmos/UNPAZ. GT Género, (Des)igualdades y Derechos en Tensión-CLACSO.
- Austria. “El 8M2020-Viena en sintonía con las feministas de todo el mundo”. Marta Rodríguez, activista feminista.
- Bélgica. “Un 8M en la capital europea con color latinoamericano”. Marina Gamba, académica, docente y feminista.
- Brasil. “San Pablo: mujeres contra Bolsonaro”. Marina Costin Fuser, activista feminista independiente y doctora en Estudios de Género.
- Chile. “Históricas”. Nicole Darat Guerra, académica e integrante de la Colectiva Ruta Feminista.
- Colombia. “Nos sobran motivos para marchar, resistir y persistir”. Angela Navia López, Universidad de Nariño y Angela Patricia Martínez, Corporación Violeta en Movimiento.
- España. “Pañuelos, capuchas y revuelta feminista”. Flor Braier, escritora y activista feminista.
- México. “El ¡Ya basta! de miles de mujeres mexicanas”. Aleida Hernández Cervantes, académica y activista feminista.
ARGENTINA
“Hasta que nuestros reclamos, sean carne y tierra, las calles son nuestras”
Nora Goren, Directora del IESCODE y de la Diplomatura de Políticas Públicas y Feminsmos/UNPAZ. GT Género, (Des)igualdades y Derechos en Tensión-CLACSO.
Hay un movimiento, muchas voces, muchxs cuerpxs, que han ocupado las calles, como nunca antes había sucedido. La potencia del presente estriba en una marea que, al mismo tiempo y en los más diversos lugares del mundo, irrumpe en el espacio público barrial, provincial y en las sedes metropolitanas.
Esa marea suena como un grito que, bajo demandas y consignas de las más variadas, está expresando que un hay un ropaje cargado de sentidos materiales y estructurales que ya no tiene lugar. Así este 9 de marzo, por cuarto año consecutivo, las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, marchamos.
En la Argentina, los recientemente creados Ministerios de la Mujer, Género y Diversidad, tanto a nivel nacional como provincial, dan cuenta de que aquel grito fue escuchado. Así, dando lugar a un claro cambio de época, se está ante el gran desafío que es, la construcción de una institucionalidad feminista. Una apuesta fundamental a la espera de la conquista de nuevos derechos.
La forma de lucha que esta fecha ha adoptado es un instrumento por excelencia del mundo sindical: el paro. A diferencia de años anteriores, a nadie se le ocurre pensar hoy que el paro es solo un slogan. De hecho, entre otras consignas y recuperando la génesis de la fecha, decimos: “Si nuestro trabajo no vale, produzcan sin nosotras”. Por detrás de eso se denuncia el no reconocimiento del trabajo de reproducción y de cuidados que, mayoritariamente, hacemos las mujeres. Un cuidado, que en épocas del COVID-19, de reclusiones y de cuarentena, demanda respuestas estatales concretas. Se denuncian así también, las brechas en los cargos y las salariales entre mujeres y varones.
Los desafíos y las consignas del presente se diversificaron: frenar el neoliberalismo que a nivel mundial avanza y busca retrotraer los derechos conquistados. El pañuelo, en este caso el pañuelo verde, vuelve a agitarse para que la interrupción voluntaria del embarazo sea ley. Los reclamos para que la autonomía económica y la autonomía para la toma de decisiones sean una realidad.
Quedan aún muchos caminos por recorrer, pero es claro y se respira en cada rincón de la movilización que la historia de nuestras luchadoras nos marcan el sendero. Acá estamos y estaremos: demandando y acompañando e imaginando. Porque, como decían allá en 1968, seamos realistas, podamos lo imposible.
AUSTRIA
“El 8M2020-Viena en sintonía con las feministas de todo el mundo”
Marta Rodríguez, activista feminista
Este año en Viena hubo una insólita confluencia de múltiples colectivos feministas migrantes y autóctonos en torno a dos convocatorias: la huelga feminista –que se practicó por primera vez en varias ciudades austríacas– y la tradicional marcha del 8 de marzo en la que las latinoamericanas, hispanohablantes y aliades marchamos por tercera vez consecutiva como bloque feminista decolonial.
Las crecientes corrientes feministas que recorren Latinoamérica y el mundo se manifestaron una vez más, en el día internacional de la lucha feminista, también en Viena, contra las diferentes formas de violencia patriarcal, racista y capitalista presentes tanto en este como en otros contextos. El trabajo conjunto de organizaciones como Moenani, Chile despertó Viena, Ni Una Menos Austria, Maracatu Nossa Luz, Hispanofeministas, Rhythms of Resistance junto a activistas autoconvocadas fue fundamental para presentar una propuesta que abarcó diversas formas de expresión basadas en la música, el baile, la performance, las arengas, los abrazos y la denuncia social, que sin duda constituyeron una propuesta creativa y novedosa de la cultura de la protesta en Austria.
La guinda del pastel fue sin duda la performance “Un violador en tu camino” que se replicó tanto en Viena como en Graz y Salzburgo. En Viena, tras la performance ocurrió algo mágico. Las allí congregadas nos dimos la mano y nos unimos en un grito común: “Mujeres unidas, jamás serán vencidas”. En ese círculo que se generó espontáneamente, compartimos una energía tremenda, incluso abrumadora, saltamos, gritamos, cantamos y bailamos juntas.
Sigue subiendo la marea feminista, imparable. En Austria hubo convocatorias 8M en Linz, Salzburgo, Graz, Innsbruck y Viena. En todas las convocatorias nos sentimos y supimos acompañadas por les miles de compañeres que se movilizaron también por todo el mundo. Cada vez somos más y estamos mejor conectadas a través de las redes sororas transnacionales que tejemos día a día. Todos los días son 8 de marzo. Seguiremos abortando el patriarcado hasta que la dignidad se haga costumbre.
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BÉLGICA
“Un 8M en la capital europea con color latinoamericano”
Marina Gamba, académica, docente y feminista
La manifestación por el 8 de marzo en Bélgica logró algo que pocos reclamos habían conseguido en la historia del país: atravesar las fronteras de las diferentes regiones y conformarse como una reivindicación nacional. Bruselas, la capital, vio la movilización más grande, con más de 6 mil personas marchando el domingo por la tarde. Las actividades comenzaron por la mañana, y a pesar de la lluvia. Alrededor de la estación central se armaron palcos y carpas desde donde sonaba música para recibir a quienes se acercaron temprano. Después del mediodía un grupo de mujeres realizó la reconocida performance del grupo chileno Las Tesis, “El violador eres tú”, primero en español, y luego en francés. El protagonismo del feminismo latinoamericano se hizo sentir también en consignas y cantos –desde “Ni una menos” y “muerte al patriarcado” escrito en improvisados carteles de cartón hasta cantos anunciando que las “mujeres unidas jamás serán vencidas”–. Cerca de las 14hs desde uno de los escenarios anunciaron que estaba por salir la marcha, al grito de “Que tremblent les machistes, aujourd’hui Bruxelles est féministe”. La columna subió unificada hasta el Palacio de Justicia y luego un grupo continuó hasta el Parlamento Europeo –a reclamar por las mujeres sans papier, como se llaman acá a los inmigrantes sin derechos–, y otro volvió al lugar de la concentración inicial. Allí, en los escenarios, mujeres tomaron el micrófono y recitaron poesía feminista con música de fondo y otras bailaron y festejaron alrededor. A algunas cuadras, en la estación del Sur de la ciudad, colectivos y mujeres independientes se encontraron para organizar la huelga del día siguiente, la segunda huelga de mujeres en la historia del país.
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BRASIL
“San Pablo: mujeres contra Bolsonaro”
Marina Costin Fuser, activista feminista independiente y doctora en Estudios de Género.
[Traducción: Amílcar Salas Oroño]
El día internacional de las mujeres este año en Brasil fue bastante político. En San Pablo, miles de personas se reunieron en torno a demandas como “Fuera Bolsonaro”, a dos años del asesinato de la concejala Marielle Franco (cuyas sospechas recaen sobre el propio Presidente), y el fin de la violencia contra las mujeres. El acto tuvo un contratiempo en San Pablo, interrumpido por un temporal en el inicio de la tarde que alejó a una parte del público aunque, aun así, contó con la presencia de 80 organizaciones, como la Marcha de Mujeres Negras, Evangélicas por la igualdad de Género, centrales sindicales, colectivos feministas universitarios, una amplia gama de mujeres en movimiento. Entre los gritos más marcantes estaban los ecos de la performance chilena “Un violador en tu camino”, debidamente corografeados. Puede llover, estar soleado, pero nada puede detener a esas mujeres empoderadas que se expanden por las calles, asegurando que el año apenas comenzó, con una movilización ya marcada para el próximo día 14 contra la impunidad de quien creemos es el mandante del asesinato de la concejala que combatía la violencia policial y miliciana en Río de Janeiro. En el momento cúlmine de la marcha se escuchaba: “¡Marielle presente! El asesino de ella, es amigo del Presidente”.
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CHILE
“Históricas”
Nicole Darat Guerra, académica e integrante de la Colectiva Ruta Feminista
La noche del viernes 6 nos juntamos a hacer el lienzo, una compañera llega con una sábana vieja, blanca, o ya no tan blanca, para que la reutilicemos. Sonreímos con complicidad porque sabemos que estamos subvirtiendo el pudor y el reino de lo privado al exhibir esas sábanas, pintadas con consignas de lucha. Durante la mañana hemos discutido qué consigna describe mejor todo lo que queremos gritar en las calles este año, en medio de la revuelta que tiene en ascuas al orden neoliberal en Chile. Pintamos con negro y rojo: Contra la mercantilización de la vida. “Mercantilización” es una palabra larga, nos cuesta un rato pintarla, pero larga ha sido también la mercantilización de nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros territorios, aquí en la cuna del neoliberalismo.
Domingo 8, el día marcado en el calendario para la marcha. En Valparaíso, el punto de encuentro es la Plaza Sotomayor. Faltan 20 minutos para las 11 am y la plaza está que arde, llena de gente. Dan las 12 y recién podemos comenzar a formar una columna que recorrerá las estrechas calles del centro histórico de Valparaíso. Tenemos miedo de la represión policial, que ha sido brutal los últimos meses en Chile (ese día no sería la excepción en Valparaíso). Nos demoramos una hora y media en avanzar 6 cuadras, debemos ser miles.
Somos tantas que en la tarde volvemos a marchar, desde Viña del Mar (la ciudad del festival), hacia Valparaíso, y otra vez somos muchas ocupando las calles.
En paralelo nos llega por whatsapp una foto de las compañeras en Santiago, son casi 2 millones, se nos eriza la piel de solo verlo. En medio de todas, se levanta un lienzo que dice “Históricas”. Sabemos que estamos haciendo historia, porque esta alianza del patriarcado y el capital no la sostenemos más.
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COLOMBIA
“Nos sobran motivos para marchar, resistir y persistir”
Angela Navia López, Universidad de Nariño y Angela Patricia Martínez, Corporación Violeta en Movimiento
En todos los lugares de Colombia las mujeres marchamos sin miedo, como una avalancha verde y violeta que crece cada año. Despertamos de un largo sueño para percatarnos que la historia es nuestra. El 8M 2020 tuvo como antesala el debate por la despenalización del aborto. Este es un tema que se ha posicionado en las agendas de los movimientos de mujeres del país y es una de las consignas presentes en las calles, es nuestra lucha por cortar las cadenas de una historia que nos posiciona como delincuentes de nuestro propio cuerpo.
El 3 de marzo del presente año la Corte Constitucional de Colombia decidió que la despenalización continúa siendo efectiva únicamente en tres casos: i) cuando se encuentre en riesgo la vida o la salud física o mental de la mujer, (ii) al existir malformación del feto incompatible con la vida extrauterina, y (iii) cuando la gestación es producto de violación, incesto o inseminación artificial no consentida. En esencia lo que hizo la Corte fue ratificar un logro del año 2006 establecido mediante sentencia C-355, pues a pesar de haber transcurrido más de una década del histórico fallo aún la sociedad patriarcal sigue imponiendo múltiples barreras sociales, estructurales, institucionales, políticas, ideológicas y discursos fundamentalistas y anti-derechos que refuerzan el ideal de la maternidad, criminalizando y culpando a las mujeres que ejercen su derecho fundamental a la Interrupción Voluntaria del Embarazo. No obstante, pese a la decisión del máximo Tribunal Constitucional, el debate y exigencia por la plena despenalización continúa vigente y persistente.
Como el tema se enmarca en la existencia de un Estado desigual y opresor, no desviamos ni desubicamos el debate: se trata de reconocer que el modelo neoliberal, adoptado y reforzado por el gobierno colombiano, fortalece el modelo patriarcal. En este contexto, las mujeres también denunciamos el asesinato de líderes y lideresas sociales, rememoramos sus nombres y legado. ¡Por todas las lideresas asesinadas también marchamos! Marchamos por Lucy, por Astrid, por Lucía, por cada una de las que este 8M ya no marchan junto a nosotras. Sus voces están presentes en las nuestras.
Marchamos, resistimos y persistimos con la convicción de que el capitalismo y el patriarcado son destructibles, de que un nuevo país es posible. El feminismo camina hacia ello.
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ESPAÑA
“Pañuelos, capuchas y revuelta feminista”
Flor Braier, escritora y activista feminista
La movilización del 8M convocó a mujeres y disidencias que llenaron, una vez más, las calles de Barcelona en una jornada multitudinaria. Bajo el sol de invierno de la Ciudad Condal, la manifestación del 8 de marzo se transformó en una verdadera fiesta de reivindicación feminista. Sindicatos, colectivos feministas de barrios y agrupaciones de migrantas marcharon durante varias horas, finalizando la jornada con la lectura de un manifiesto que cuestionó los privilegios del feminismo blanco eurocéntrico. Clamando por la autonomía de los cuerpos (“queremos decidir ser madres o no serlo”), el manifiesto se hizo eco de la lucha por el aborto seguro, libre y gratuito en todas partes del mundo. Especialmente destacable fue el punto que denunció la hipocresía de una sociedad que rechaza y discrimina las identidades trans, sobre todo en el ámbito laboral.
Fue el Bloque latinoamericano el que sobresalió por su carácter festivo y multicolor. Al ritmo de una vitalísima comparsa, una gran cantidad de inmigrantes latinoamericanas, decidieron este año, por primera vez, marchar juntas; con pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Argentina, y con capuchas de colores, símbolo de identidad y resistencia en las recientes protestas de Chile.
Mujeres, lesbianas y trans levantaron pancartas tan elocuentes como ingeniosas: “El patriarcado me da patriarcadas”, “Viva me veo más guapa”, “Nos quitaron tanto que acabaron quitándonos el miedo”, “Soy la santa de la iglesia de mi santo coño”.
La lectura del manifiesto en el Arc de Triomf estuvo acompañada de intervenciones artísticas como los inolvidables versos de la poeta catalana Mireia Calafell. Me permito traducir uno de los poemas que recitó en catalán y que desde el escenario tocó consciencias y corazones: “Vuelven siempre, las arañas./ Vuelven, son enormes y hay muchas./ Vuelven con los cuerpos peludos, las patas largas./ Vuelven y tienen hambre. Nunca dejaron de tener hambre./ De todos los cuentos vuelven si te toca cruzar sola una parque de madrugada”.
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MÉXICO
“El ¡Ya basta! de miles de mujeres mexicanas”
Aleida Hernández Cervantes, académica y activista feminista
“Y retiemblen sus centros la tierra al sororo rugir del amor” Así se parafraseaba el himno nacional en clave feminista haciendo temblar la tierra mexicana el #8M en voz de las miles de mujeres que en todo el país salieron a las calles a exigir justicia, el cese de la violencia contra ellas, el llamado a las autoridades para que haya Cero Impunidad y el reclamo a la sociedad que se ancla en el machismo cultural que atraviesa todas las estructuras sociales. Se considera la marcha más grande de mujeres que se ha tenido en el país en todos los tiempos con alrededor de cien mil mujeres en la Capital del país (CDMX) y miles en cada una de las entidades de la República Mexicana.
En México la violencia contra las mujeres no ha parado de aumentar, según datos recientes cada día se asesinan a 11 mujeres. Los feminicidios recientes de Abril, Ingrid y la niña Fátima, cimbraron a la sociedad mexicana por los niveles de crueldad con los que se cometieron y por la cadena de negligencias institucionales implicadas. Solo en estos tres casos se mostró lo que ocurre con la mayoría de los feminicidios en México: son cometidos por hombres cercanos (parejas, ex parejas o personas cercanas o conocidas), existen episodios de violencia anteriores y/o hay violencia sexual y sus cuerpos son expuestos como deshechos en vías públicas, baldíos y basurales.
Desde hace al menos quince años, en nuestro país nos encontramos en un aprendizaje consciente e inconsciente de los métodos de la crueldad y la violencia que, sumado al orden social de género que subordina y violenta a las mujeres, ha dado como resultado las violencias más extremas vividas en los cuerpos y vidas de las mujeres. Desde el acoso y abuso sexual, violaciones, golpes, hasta llegar al feminicidio, las mujeres en México vivimos el terror de que la siguiente pueda ser la primera persona del singular: Yo.
Por eso salieron a las calles abuelas, madres, trabajadoras, amas de casa, estudiantes desde la primaria hasta posgrados, periodistas, escritoras, vendedoras, artistas, activistas, comerciantes, sindicalizadas, académicas. Y no obstante la marcha estuvo caracterizada por ser sumamente heterogénea, intergeneracional, de todos los estratos sociales, hay algo que le ha impreso una particularidad al movimiento feminista en este momento: son las más jóvenes, jovensísimas, las que llevan la batuta, son las que muestran un arrojo, una fuerza y un corazón que nos mueve a todas a seguirlas, acompañarlas y redoblar la lucha que nuestras mujeres antecesoras iniciaron en otras épocas.
Todas, todas con el grito en cuello de consignas como: “Ni una menos”, “Ni una asesinada más”, “Señor, señora, no sea indiferente se matan mujeres en la cara de la gente”. Sí, que retiemble en su centro la tierra, para que la voz de las mujeres no vuelva nunca a estar en segundo plano.