Luchas y estrategias
Experiencias migrantes en Córdoba en tiempos de COVID-19

Por Angélica Alvites Baiadera (CONICET-UNVM), Janneth Clavijo Padilla (CONICET-CIECS-UNC), Eduardo Rodríguez Rocha (CONICET-UPC/FFYH-UNC) y Paula Sciolla (CIECS-UNC) 

“Para nosotros como inmigrantes nunca es lo mismo que para una persona que es Argentina” 1

Con el objetivo de hacer visibles algunas experiencias que atraviesan las poblaciones migrantes en el contexto de “Aislamiento social, preventivo y obligatorio” (ASPO) por el COVID-19, llevamos a cabo una serie de entrevistas telefónicas a personas de diferentes orígenes nacionales del Área Metropolitana de Córdoba (AMC).2 Por medio de estos intercambios, pudimos dialogar sobre cómo transitan este tiempo, las dificultades que atraviesan y cómo visualizan su futuro inmediato, atendiendo, también, a sus estrategias y a la organización colectiva, en términos de luchas migrantes.3 Entendemos luchas no solo como prácticas, más o menos, organizadas en las que las y los migrantes cuestionan las políticas de movilidad, el régimen de trabajo, o el espacio de la ciudadanía; sino también nos referimos a sus estrategias cotidianas, a través de las cuales cuestionan su “impugnada” presencia del panorama estético y político “nacional”, en términos de Sayad.4  

En este sentido, en las entrevistas a migrantes y referentes de la comunidad peruana, colombiana, paraguaya, boliviana, senegalesa, haitiana, argelina, india, taiwanesa y china pudimos reconocer, por un lado, que sus estrategias y luchas están vinculadas a sus experiencias previas y, por el otro, que la mayoría de las problemáticas se constituyen con anterioridad al proceso de aislamiento, pero se recrudecen en este periodo. Así, advertimos un fenómeno de acumulación de desventajas sociales, en donde el ser migrante constituye una dificultad adicional en esta coyuntura, que ha limitado las movilidades por los espacios (inter)urbanos, tanto a escala local, nacional como transnacional. 

A partir de los relatos y la información relevada, podemos señalar algunas dimensiones que afectan las experiencias migrantes de manera transversal: las urgencias por la subsistencia económica, las reconfiguraciones de sus proyectos migratorios, la constitución de diversas estrategias de organización colectiva, la relación con las políticas e instituciones estatales, las formas en que se ven afectados los vínculos e intercambios transnacionales, y la preocupación por el acceso a la vivienda y a la educación escolarizada. 

Para ello, presentamos, sintéticamente, una contextualización societal. Después avanzamos en las preocupaciones que emergen de los relatos, en las cuales se destacan aquellas a nivel local, pero también algunas vinculadas al espacio transnacional. Finalmente, hacemos referencia a la organización colectiva en estos tiempos de aislamiento. 

El contexto de incertidumbre: “Los desempleados, van a seguir desempleados. […] Y los que tenemos algo de estabilidad laboral, ¿hasta cuándo nos van a sostener?” 

La situación de confinamiento generada por el denominado ASPO, tiene sus efectos más regresivos en aquellos colectivos que se desempeñan en “los márgenes” de la ciudadanía política y de la economía formal regulada. Así, la población migrante personifica de manera dramática estas condiciones. Desde hace más de tres décadas, el AMC se constituye como parte de los proyectos migratorios de personas procedentes de los países limítrofes y del Perú. En Córdoba, las y los migrantes se caracterizan por patrones de inserción ocupacional, diversificándose por género en segmentos laborales secundarios. Así, el trabajo subcontratado en construcción, agricultura familiar y empleos subordinados en la industria, constituyen, especialmente para los migrantes varones, los nichos laborales principales. Por su parte, las mujeres migrantes ocupan un papel central en la economía de los cuidados y en el trabajo en casas particulares. Recientemente, su presencia se ha incrementado en la abigarrada economía no asalariada, como cocineras, feriantes populares y costureras a destajo. Finalmente, hoy en día, a partir de investigaciones recientes hemos constatado que las y los migrantes pertenecientes a las generaciones más jóvenes suelen desplegar estrategias de auto-empleo, y promover redes laborales entre sus integrantes y allegados, por medio de micronegocios comerciales y de servicios.5  

Por otro lado, durante la última década, especialmente en Córdoba Capital, se consolidan redes migratorias transnacionales procedentes de países no limítrofes y extra-regionales. Profesionales, técnicos y estudiantes de origen haitiano, colombiano y venezolano (estos últimos incorporándose a la economía de plataformas/delivery); comerciantes ambulantes senegaleses y en menor medida haitianos que venden artículos de bijoutería y prendas de vestir en las calles aledañas al microcentro de la ciudad; comerciantes autónomos de origen indio y paquistaní que poseen bazares polirubro de venta de artículos al por menor; supermercados mayoristas de base familiar de origen chino y taiwanés; comerciantes textiles de origen coreano que poseen tiendas de ropa; propietarios de kioscos de origen argelino y marroquí que comercializan alimentos halal; y familias sirias refugiadas que poseen negocios de comida árabe (cabe aclarar, que estos espacios de comercio autónomo, también han sido parte de la estrategia de migrantes limítrofes y del Perú que residen hace más de 20 años en Córdoba).  

Con esta descripción muy sintética, buscamos enfatizar lo que diversas investigaciones académicas previas definen: que más allá del origen nacional de procedencia, las redes de migrantes en el AMC se vinculan, en la mayoría de los casos, con condiciones y espacios de producción y consumo marginales a la economía hegemónica formal. Como se describe en los siguientes apartados, esto se articula a ciertas dificultades que se complejizan en tiempos de ASPO, a los modos de ejercer y disputar la ciudadanía política y a las diferentes prácticas de organización colectiva. 

Dificultades en tiempos de pandemia: “La mayoría de la gente usó sus ahorros […] pero eso no dura tanto” 

Una de las preocupaciones persistentes es la situación laboral de la población migrante en Córdoba. Con el análisis de las entrevistas, podemos señalar que estas dificultades están asociadas a diversos motivos como: solventar los gastos regulares (alquiler, impuestos y servicios), y abastecerse de los insumos diarios (alimentación, productos de aseo, otros).  

De este modo, encontramos incertidumbres entre aquellos/as que poseen negocios o talleres y ven con preocupación cómo mantenerlos (ante la disminución de las ventas), cómo pagar servicios y sueldos. Esto se visibilizó, principalmente, en las entrevistas realizadas a comerciantes indios, taiwaneses y chinos. Así lo manifiesta una entrevistada: 

Yo cerré dos semanas y tuve que pagar sueldos [a los empleados]. La tercera semana abrí [el bazar-mayorista] con protocolos. Pero ha bajado hasta 70% el trabajo. Muy difícil. Además no hay ayuda para estos comercios. No subsidio, no apoyo (Lucrecia, china). 

Por otra parte, quienes desarrollan labores de manera informal, de venta ambulante o en ferias populares, han visto limitado su trabajo por la imposibilidad de circulación y/o por la dificultad de gestionar los permisos para actividades exceptuadas, algunos porque carecen de DNI. Esto fue manifestado fundamentalmente en el caso de personas bolivianas y peruanas, como también, senegalesas y haitianas que plantean la cuarentena como un tiempo de cese total de sus actividades laborales: 

[…] todos romantizan, vamos a quedarnos en casa, vamos a estar todos bien y no es así, porque la mayoría de la población migrante, trabajan informalmente, trabajan en las ferias, en la venta ambulante y si no salen de casa ellos no tienen que comer, esa es la realidad, y no están recibiendo ningún aporte. Es todo un tema muy complejo eso de quedarse en casa, eso no implica que están bien y que está todo bien, si, se están cuidando de no contagiarse, pero están padeciendo otras cosas (Paula, boliviana). 

Tercero, aquellos/as que teniendo trabajos bajo relación de dependencia tienen miedo de perderlo en un futuro inmediato. Así, mujeres peruanas y colombianas, que trabajan en labores domiciliarias de cuidado, manifestaron su preocupación por perder sus empleos o por ser obligadas a trabajar en tiempos de aislamiento: 

El problema va a ver muchos despidos, más que todo las empleadas en casa de familia […] Ellas no van a poder sobrevivir […] Tengo miedo de que las empleadas porque van a perder el trabajo” (Doris, peruana). 

Por último, se encuentran aquellas/os que pudieron seguir trabajando en empleos precarizados pero observan una disminución abrupta de sus ingresos, como son los repartidores de las plataformas multinacionales/delivery. La mayoría ve con preocupación el momento en que se “levante el aislamiento”, ya que el trabajo en el espacio público se verá limitado, controlado y hasta perseguido. 

No va a estar fácil para los que venden, porque con la distancia social, van a tener miedo, para tener como relación de mano a mano, como ellos venden cosas de mano a mano, eso un problema a futuro (Lautaro, haitiano). 

Para nosotros como migrantes va a estar peor, se va a poner más complicado, como siempre, hay bronca con el inmigrante, como dicen que nosotros venimos tras el trabajo (Norma, peruana). 

La profundización de estas desigualdades en materia laboral no solo se presenta en este contexto sino que, se avizora para el futuro próximo ante la escasez de alternativas. Esto, a su vez, se complejiza con la imposibilidad o limitación para el envío o recepción de remesas y las dificultades para construir vínculos de organización, solidaridad y trabajo colectivo.  

Para los migrantes que tienen esta economía del día a día recuperarse va a ser difícil […], no hay capital para volver a comenzar. Hay compañeros que se están gastando sus ahorros, algunos les mandan dinero sus familias para ayudarlos, pero es poco porque estamos mal en esta situación económica en todos los países (Daiana, colombiana). 

En particular, migrantes de origen senegalés plantean que dada su organización familiar y proyecto migratorio, la precariedad de sus condiciones se extiende a sus familias en Senegal, que son el principal destino de las remesas enviadas desde Argentina. Esto se encadena con la imposibilidad de tejer lazos de ayuda con otras redes u organizaciones. De manera similar, en el caso de algunos migrantes de origen haitiano y colombiano, que reciben apoyo por medio de remesas, comentan que la situación global actual impide que sus familiares puedan seguir colaborando económicamente con su manutención. Así, lo señala un entrevistado: 

Todo el mundo está en la crisis, no pueden mandar, ni mantener a esas personas que están estudiando, eso es un problema muy grave, porque así, sin plata no pueden vivir (John, haitiano). 

Estas dificultades también se relacionan con las limitaciones para sostener y finalizar sus estudios, la posibilidad de acceder a la educación superior ha sido para muchas/os migrantes un motor de su movilidad y permanencia en Córdoba, pero en el contexto actual es cada vez más difícil solventar los gastos y acceder a un trabajo que les permita continuar como estudiantes. Precisamente una entrevistada señala: 

Muchos de los estudiantes su vida estaba regida con la venta ambulante en la universidad, y al estar cerrada […] no tienen forma de trabajar, algunos dependían del comedor universitario […] (Daiana, colombiana). 

Organización colectiva: “primero que nada, somos humanos todos” 

Otra preocupación recurrente en las entrevistas es la dificultad de generar estrategias comunitarias en tiempos de aislamiento, no solo debido a la carencia de recursos, sino también por la imposibilidad de encontrarse cara-a-cara. Ejemplos de lo anterior son los persistentes obstáculos para sostener ollas comunitarias, o el apoyo con insumos básicos para algunas familias en situación de pobreza y/o indigencia. Otras dificultades que vivencian las referentes, peruanas y bolivianas en la mayoría de los casos, que trabajan en comedores o copas de leche en barrios populares son: la escasez de alimentos, el aumento de precios y “el miedo a pasar hambre”. Estas zozobras, como lo nombraron algunas entrevistadas, se agudiza por los controles policiales instalados en los ingresos a dichos barrios, que limitan la circulación. Sin embargo, más allá de estas dificultades las referentes entrevistadas, “se las rebuscan”; así lo sintetiza una de ellas: 

Estamos dos o tres veces por semana haciendo las ollas populares, la gente se anota y las mujeres cocinan […], eso por un lado dentro de la organización, por otro lado, las mujeres no se quedan en su casa esperando a que sus hijos se mueran de hambre, ellas van a salir a hacer algo […] por los grupos de WhatsApp, por los estados, ofrecen y hace ofertas, tomando estas herramientas […] salen con su verdura a vender por el barrio casa por casa y así, exponiéndose también (Paula, boliviana). 

Por otro lado, constatamos que se han llevado adelante campañas de solidaridad para apoyar a las y los migrantes.6 Particularmente, los entrevistados senegaleses resaltaron que la ayuda que reciben es producto de organizaciones no-estatales.7

Frente al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), otorgado por el gobierno nacional, se mostró cierto malestar en las entrevistas, porque la mayoría entendía que aun cumpliendo con los requisitos establecidos les fue denegado el beneficio. Referentes que acompañaron a otras/os migrantes en lpresentación de la solicitud expresaron que ninguna fue aprobada. Algunas/os manifestaron que esto se debía a su condición de migrantes. Esta exclusión, se expresa en el testimonio de Marcela (paraguaya), que señala que “hubo una decisión política de que los migrantes no entrarán”. Es más, resaltó que solo a través de la organización y el reclamo colectivo se podrá (o al menos se intentará) que la población migrante sea sumada al IFE.  

Los obstáculos para acceder al IFE también se asocian a ladificultades para poder realizar otros trámites, por ejemplo, la tramitación del DNI o la certificación del tiempo legal de permanencia, trámites que ahora deben realizarse de modo virtual, lo que supone otros plazos, recursos y saberes. Así, lo manifiesta una entrevistada:  

Hay algunos que no les han dado respuesta [con su DNI], tienen la precaria que se les va a vencer, supuestamente con el RADEX [sistema de “Radicación a distancia de extranjeros”] eso automáticamente se renueva […] aunque en estos tiempos es muy incierto si se lo van a renovar o no. […] Otros que no han recibido el documento y genera confusión y no pueden recibir estos beneficios del Estado (Daiana, colombiana). 

Asimismo, del análisis de las entrevistas se comprende que, aunque la preocupación por los trámites de documentación y la situación administrativa es constante, y antecede al contexto de ASPO, la dificultad por suplir las necesidades básicas es cada vez más abrumadora. Esto es indicado por una de las entrevistadas: 

No es solamente por el DNI, que ya te complica todo, es que no va a haber trabajo. Estamos preocupados (Analía, peruana). 

La intranquilidad entre quienes que por diversos motivos aún no tienen el DNI, se asocia a la imposibilidad de obtener permisos de circulación, o de conseguir algunos empleos (aunque sean temporales y/o informales). Particularmente, los migrantes de origen senegalés comentan que la mayoría posee residencia precaria a partir de la condición como solicitantes de asilo, residencia en muchos casos vencida y sin la obtención del estatuto de refugiado. Dicha condición ha imposibilitado el acceso a los subsidios estatales. Esta preocupación también se manifestó por parte de las y los venezolanos. En este punto, se evidencia como la diferenciación y clasificación que opera sobre la población, en este caso irregularizada,8 que habita un mismo territorio, impacta en sus condiciones cotidianas de vida y supone un acceso a derechos diferenciado y desigual. 

Por otra parte, se resaltó que la ayuda estatal tanto de Argentina como de los Estados de origen (por medio de sus Cancillerías) es casi nula. Particularmente, el Gobierno Provincial de Córdoba, en tiempos de ASPO, realizó la suspensión de ciertos programas sociales, laborales y educativos (PPP, PIP, XMí y PILA).9 Programas que tendían a otorgar recursos a los sectores más postergados, entre los cuales se encuentra parte de la población migrante. Esta medida fue fuertemente repudiada por diversas organizaciones políticas, sociales y de base. 

Reflexiones finales: “comienza esa zozobra de qué va pasar” 

Con esta presentación buscamos abonar a la comprensión acerca de cómo experimentan las y los migrantes el tiempo de ASPO, quienes han visto afectadas sus vidas a nivel individual, familiar, local y transnacionalmente. De este modo, registramos que vivencian un impasse en sus proyectos de movilidad: lo que se había planificado, soñado o proyectado se desvanece y prevalecen inquietudes vinculadas a las urgencias, a lo inmediato y cotidiano. Esto se articula con la preocupación por “tener los papeles” que si bien sigue latente y es un condicionante para alcanzar o proyectar ciertos trabajos o estudios, queda en un segundo plano frente a urgencias inmediatas 

Al mismo tiempo, otras inquietudes se vinculan a las actividades económicas, en torno a la imposibilidad de mantener abiertos sus negocios más allá que el aislamiento se flexibilice o se elimine completamente. La incertidumbre, el “no saber qué hacer” o “después de esto ¿qué será para un inmigrante?” como expresan varias/os entrevistadas/os, se plantea como la única certeza 

Esta aproximación nos abre varias inquietudes a desanudar en torno a las experiencias de las y los migrantes en Córdoba, en tiempos de ASPO; así, algunos de los interrogantes a considerar en futuros análisis refieren a: ¿Cómo las cuestiones de género atraviesan están experiencias, estrategias y luchas? ¿Cómo se transforman los vínculos y las redes transnacionales en el contexto de pandemia? ¿Qué supone para las poblaciones en movimiento medidas prolongadas de inmovilidad controlada, aislamiento y distanciamiento social?  

Por último, cabe destacar, como resaltan las diferentes personas entrevistadas, la importancia de la lucha colectiva para encontrar estrategias no solo de subsistencia, sino también que amplíen la búsqueda de “nuevas” formas de organización y “nuevos” modos de pensarse colectivamente. 

 


1 Un análisis inicial de este trabajo de campo aparece en: https://pescadofrescoblog.wordpress.com/2020/06/08/migrantes-en-cordoba-proyectos-migratorios-incertidumbres-y-organizacion-colectiva-en-tiempos-de-pandemia/  

2 Relevamiento realizado por: Janneth Clavijo, Angélica Alvites, Carina Trabalón, Paula Sciolla, Ana Tellez y Eduardo Rodríguez Rocha (integrantes del Programa Migración y Movilidades en Perspectiva crítica, CIECS-CONICET-UNC|CEA-FCS-UNC). Los nombres de las personas entrevistadas fueron modificados para conservar su anonimato. 

3 Mezzadra, S. (2012). Capitalismo, migraciones y luchas sociales. La mirada de la autonomía, Nueva Sociedad (237) (pp. 159-178)De Genova N., Mezzadra, S., Pickles, J. (Eds.) (2014). New KeywordsMigration and Borders. Cultural Studies, 29(1) (pp. 55-87)  

4 Sayad, A. (2008). Estado, nación e inmigración. El orden nacional ante el desafío de la inmigración. Apuntes de investigación (13) (pp.101-116). 

5 Rodríguez Rocha, E. (2017). Prácticas económicas de migrantes chinos y senegaleses en la Ciudad de Córdoba. REMHU 25(49) (pp.215-231). 

6 Por ejemplo, la Pastoral Migrante Córdoba realiza campañas para conseguir ropa y comida para migrantes en situación pobreza e indigencia. También se han realizado actividades entre diversas comunidades migrantes y organizaciones de base, Centros Vecinales, etc. 

7 Entre las que ellos destacan: la Asociación de Residentes Senegaleses de Buenos Aires, la ONG CECOPAL y una colecta de dinero realizada por el Programa Migración y Movilidades en Perspectiva Crítica CIECS-CONICET-UNC |CEA-FCS-UNC. 

8 Véase Domenech, E. (2013). “Las migraciones son como el agua”: Hacia la instauración de políticas de “control con rostro humano”. La gobernabilidad migratoria en la Argentina. Polis 12(35) (pp.1-16).  

9 Para mayor información sobre estos Programas: https://programasdeempleo.cba.gov.ar/Ppp  

 

 

Imagen de Portada: Comfreak en Pixabay

 

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