¿Qué es educar?
Pensamientos de los tiempos remotos

Por Carla Wainsztok (UBA) 

Escribo desde las fragilidades, fragilidades plurales y en plural. Inquietudes, angustias, incertidumbres nos andan rondando. ¿Qué estamos pensando más allá y más acá del coronavirus?  

Escribo estas líneas porque no estamos en las aulas y también escribo sabiendo que van a ser publicadas digitalmente. Dígitos, analogías y algoritmos. 

Si la pregunta por los sentidos de enseñar es compleja ¿Qué es enseñar en tiempos de coronavirus? ¿Se puede enseñar? ¿Se puede enseñar haciendo que nada sucede?  

La docencia es un quehacer y al mismo una pregunta ¿qué hacer?, entonces la docencia es un hacer existencial. Y desde allí nos interrogamos acerca de las esencias, lo esencial, los trabajos esenciales.  

Escribo desde la inexperiencia, desde lo inédito. Dejarse estar distraída y distraído, dejarse estar desordenada/o, tal vez la distracción y el desorden es porque estamos preocupadas/os cuidando sueños, anhelos, vidas. 

Existencias, experiencias y entonces escribo gramáticas éticas y políticas. Estar siendo entre singularidades y pluralidades, el rostro de las otredades, las singulares singularidades y las pluralidades. El aislamiento es físico no social.  

¿Sabemos que sienten, piensan las/os estudiantes? ¿Sabemos si están cuidando de otras/os o si son cuidadas/os o si tal vez están trabajando’? ¿Por qué no “darles tiempo”? ¿Por qué no “darnos tiempo? Tiempos de pensar, pensar los tiempos. 

Cuando el viejo filósofo dijo Sólo sé que no sé nada, nos dio una pista, un saber que no sabe y algo más saber porque no se sabe. 

Escribo desde el asombro y entonces parezco remontarme a los orígenes, a la posibilidad de lo original y originario. ¿Cómo pensar los orígenes? ¿Cómo crear pensamiento original y originario? 

Tiempos originales y remotos. Me gusta pensar la idea de lo remoto. A mi compañero le dijeron que haga trabajo remoto. Lo remoto es lo alejado y al mismo tiempo lo antiguo. Pensar lo alejado y lo antiguo. Pensar el extrañamiento de estos días. Sentirse extrañada/o. 

Sentirse extrañada/o también por una narrativa que se dice pedagógica: carrera, competencia, eficacias, eficiencias, éxitos, trayectorias. 

 Economía del conocimiento es como si alguien creyera que el conocimiento se puede economizar, ahorrar y ajustar. Pretensiones también de una sociedad que se dice del conocimiento. 

 Para nosotras/os si los saberes no se convidan, no se comparten, no son saberes. Los conocimientos y los círculos concéntricos. Arrojar una piedrita como potencialidad de rozar biografías.  

¿Cómo nos relacionamos con los mundos? ¿Cómo con los conocimientos? ¿Cómo nos vinculamos con las/os compañeras/os? 

Las humanidades no son sólo las ciencias, hoy más que nunca podemos humanizarnos o deshumanizarnos. 

Pensamientos vitales que nada tienen que ver con un necrólogo. Ni con productivismos también financieros.  

Pensar en comunidad, pensar la comunidad, pensar el “munus” que es la mutualidad. ¿Qué es la comunidad educativa? Mutualidades educativas, lo mutuo y lo “común”. ¿Qué es lo común de la educación? ¿Se pueden acomunar las políticas (educativas) y las pedagogías?  

Hace años, en tiempos remotos, un pedagogo cordobés, Saúl Taborda, supo distinguir entre la construcción de colonias, fábricas, escuelas y las pedagogías que habitaban las mismas, y sin desmerecerlas nos invito a pensar “las pedagogías de la autoridad” que hoy llamaríamos de lo autoritario. Gran lector de Pestalozzi, le preocupaba que nos olvidáramos de que las niñas/os son eso, bella y simplemente niñas/os, sino futuras/os ciudadanas/os. 

Respecto a los jóvenes vivió la temporalidad de la Reforma Universitaria de 1918 y observó la potencia de “los pibes” y el abandono de ciertos profesores que acallaron sus voces. ¿Estamos acompañando hoy a las/os pibas/es si les damos deberes, deber- es, sin registrar las angustias de estos días? ¿El frenesí no se parece mucho a acallarse? ¿Sabemos qué decirles, qué decirnos? 

“Desde el punto de vista pedagógico, lo fructífero no es la intención pedagógica que se tiene, sino el encuentro pedagógico”1  

Tal vez haya “buenas intenciones” más ¿hay encuentros pedagógicos hoy? Las/os que saben de tics, también hablan del tiempo que se necesita para instalarlas.   

Y por supuesto las desigualdades. Lo que llaman brechas. Conexiones y desconexiones. Desigualdades económicas, simbólicas, culturales. Las desigualdades también son jerárquicas. Las propiedades privadas y las privadas propiedades 

Distancias jerárquicas, distancias en este caso sociales. Enseñar las distancias. 

 ¿Cuántas subalternidades existen en las aulas? Gramáticas también gremiales, trabajadoras/es de la educación. 

Las/os maestras/os como intelectuales decía Mariátegui en sus ensayos sobre educación.  

En las aulas se construyen conocimientos y saberes. ¿Qué modos de las autorías creamos en la cotidianeidad de nuestras existencias y experiencias? ¿Qué significa pensar nuestras prácticas? ¿Qué (es) escribir desde el sur? ¿Cómo construimos registros pedagógicos? ¿Quiénes tienen acceso a las lecturas de nuestras experiencias?  

Gabriela Mistral afirmaba que enseñar es contar y contar es encantar. Pensamientos pedagógicos, pedagogías de los pensamientos. 

Pensar los afectos y los efectos de la educación. Toda educación es sentimental. Ciencia y ternura escribió Martí. Pensamientos relacionales. 

 Pensar las ternuras de las pedagogías. Las pedagogías de las ternuras. Martí-colibrí, polinizar de ternuras estos tiempos sombríos. Poéticas del sur es el otro nombre de las gramáticas pedagógicas sureñas.  

Ser/Sur, ser desde el sur. Poéticas y pedagogías plurinacionales. El lenguaje de las plataformas, ¿en cuántas lenguas estamos pensando y enseñando? 

“Practicar el pensamiento en su plena función: indisociablemente: ética, estética, política, crítica y clínica. Es decir, re-imaginar el mundo en cada gesto, palabra, relación con el otro (humano y no humano), modo de existir- siempre que la vida así lo exija”2

Crear e inventar pensamientos. Ser una aprendiza del pensamiento.  

“Un aprendiz de carpintería, por ejemplo, uno que aprende a fabricar armarios y objetos similares, ejercita aprendiendo no solamente la habilidad en el uso de las herramientas. Tampoco se limita a familiarizarse con las formas usuales de los objetos que ha de confeccionar. Si es que llega a ser un auténtico carpintero sabrá, sobre todo, corresponder a las diversas clases de madera y las formas posibles que encierra todavía latentes.”3 (Heidegger:  2005: 25) 

Los materiales de las materias, lo material de la docencia y las materias pendientes de nuestro “sistema educativo”. Un “sistema educativo” no es una suma de “ofertas” de cursos. Tampoco es una “totalidad”, lo pedagógico no es la definición de lo definitivo, sino las infiniciones que desplegamos entre deseos, derechos, libertades e igualdades. 

Sabemos que “quién no tiene una maestra/o no tiene a quien preguntar” y en simultáneo nos preguntamos porque tenemos y estamos a tiempo ¿Cómo inventar pedagogías y políticas desde el sur?  

 


Carla Wainsztok es doctora en Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Sociales (UBA). Profesora de Teoría Social Latinoamericana, Filosofía y Pedagogía. Facultad de Ciencias Sociales. (UBA) Coordinadora del Grupo Pedagogías Críticas Latinoamericanas. IEALC. Facultad de Ciencias Sociales. (UBA) 

 

1 Buber, Martín (2013) “Yo y tu”.  Prometeo. Buenos Aires, p. 182 

2 RolnikSuely (2019) “Esferas de la insurrección” Tinta Limón.  Buenos Aires. p. 177. 

3 Heidegger, Martín (2005) “ ¿Qué significa pensar?“  Caronte. La Plata, p. 25. 

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