Crónica colectiva internacional
#8M. Crónica Colectiva sobre el 2do Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans 2018
El movimiento feminista, diverso pero cada vez más organizado, atento a las coyunturas locales pero cada día más internacional, avanza a la velocidad de propagación de un virus atacando el sistema capitalista y patriarcal. Ya no sólo resistiendo sus embates, proponiendo reformas, sino transformando la forma de su lucha de defensiva a ofensiva, encarnando una revolución en el trabajo, las calles, los hogares y las camas.
Retomando la experiencia del PIM del año anterior, y las múltiples intervenciones realizadas en distintos lugares del mundo, el pasado 8 de marzo la tierra volvió a temblar al grito de #NosotrasParamos. Millones de mujeres, lesbianas, travestis y trans en más de 49 países se organizaron bajo consignas como “Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”, “La solidaridad es nuestra arma” o “Queremos cambiarlo todo”, contra las distintas formas de opresión y violencia que sufren día a día. Un largo proceso a través de asambleas, foros y redes sociales, en donde colectivas feministas, partidos, sindicatos, cooperativas y autoconvocadas se hicieron presentes.
Buscando reponer aunque sea una pequeña muestra de este acontecimiento internacional, este año BORDES convocó nuevamente a activistas feministas de distintos países para que compartieran su mirada sobre el #8M, su relevancia en la agenda mundial y los principales desafíos que se abren para el movimiento feminista.
#8M #NosotrasParamos #VivasYLibresNosQueremos
ÍNDICE
- Argentina. “Ser libres es la consigna: el PIM en la Argentina”. María Alicia Gutiérrez, Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y Universidad de Buenos Aires.
- Austria. “2018M el segundo 8M de Ni Una Menos Austria”. Ruth Sierra-León, Ni una Menos-Austria.
- Brasil. “San Pablo: Feminismo que se extiende en devenires”. Marina Costin Fuser, Feminista independiente e integrante del movimiento 8M. Traducción: Amílcar Salas Oroño.
- Chile. “Que todo el territorio se vuelva feminista”. Colectivo Editorial Rufián Revista.
- Colombia. “8M en Colombia: Por la defensa del sentido común”. Diana Molina Rodríguez, Universidad de Nariño/Universidad Cooperativa de Colombia, y Angela Navia, Universidad de Nariño/Marcha Patriótica.
- Ecuador. “La marcha contra el Estado ausente”. Johanna Romero, Mujeres por el cambio.
- México. “¿Por qué nos sobran razones para marchar? 8 de marzo en México”. Aleida Hernandez Cervantes, Académica y feminista – @CerAleida.
- Suecia. “#YaNoNosCallamos. En Suecia también hay patriarcado”. Dolores Calvo y Belén Martín, Femigrantes.
- Venezuela. “#Nosotras paramos al son del tambor caribeño”. Alba Carosio, Red de Colectivos La Araña Feminista.
- Uruguay. “Momento de paro, marea de rebelión”. Colectivo Minervas.
“Ser libres es la consigna: el PIM en la Argentina”
María Alicia Gutiérrez, Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y Universidad de Buenos Aires.
Las emociones estallan. La tierra, como en 2017, volvió a temblar. El orden global se desacomodó: miles de mujeres lesbianas, trans y travestis marchamos, recuperando el sentido internacionalista de los feminismos, en diferentes lugares del mundo con una consigna contundente: Nos paramos.
El proceso no empieza ni termina cada 8M: es un punto de inflexión de una larga e histórica lucha que se cocina con lento o acelerado hervor en distintos momentos, todos y cada uno de los días de nuestra existencia.
En Argentina, se ha retomado, haciendo honor al pasado, el modo asambleario de pensarnos y organizarnos para cada 8M. En múltiples lugares del país se reunieron asambleas multitudinarias durante el mes de febrero. Los debates, intercambios, dudas, contradicciones y diferencias tuvieron lugar en un lento proceso de confluencia para lograr, en cada espacio, un documento que nos identificara como movimiento plural y diverso.
Pararon en Rosario, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Salta, Bariloche, Santa Rosa, La Plata, Mendoza, Paraná, Necochea, Neuquén, Buenos Aires y tantas más: prácticamente las 24 provincias que conforman el Estado Nacional y, en algunas de ellas, en diversas poblaciones.
Los documentos leídos en las plazas públicas recogen la agenda feminista histórica y las nuevas demandas: violencia, trabajo, cuidado, salario, diversidad sexual, educación, salud, críticas al neoliberalismo y sus políticas de ajuste y represión, entre tantas.
Un tema transversalizó a cada una de las manifestantes: el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, y el apoyo al debate del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado en la Cámara de Diputados de la Nación por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito.
La marea verde reverberó. El pañuelo que nos identifica, es “de tres puntas […]. Una de ellas llega a la nuca, la base del entendimiento, otra se planta en la experiencia del cuerpo, la otra en la capacidad de acoplar pensamiento para reconvertir un designio claro” (Tununa Mercado). Símbolo de la lucha, ese brillante resplandor, tiñó de compromiso las calles argentinas.
Nina Simone en su magnífica interpretación de I wish I knew how it would feel to be free (Me gustaría saber cómo se sentiría ser libre) expresa un sentimiento compartido. Las feministas de todos los colores, géneros, etnias, edades, nacionalidades estamos construyendo la posibilidad de experimentar en los cuerpos la libertad, la que es posible codo a codo, entre todxs y con todxs.
AUSTRIA
“2018M el segundo 8M de Ni Una Menos Austria”
Ruth Sierra-León, Ni una Menos-Austria.
5 pm. Atravieso la gran Maria Hilfe Straße. La policía instalada sin ton ni son en una marcha pacifista espera impaciente un acto “prohibido”. Me adentro altiva y orgullosa en la masa de mujeres, y puedo constatar que aquí hay un poderoso movimiento feminista: “Take back the streets – todos los días son 8M” “Omas gegen Rechts” (abuelas contra la derecha), LEFÖ (Centro de Asesoría para mujeres latinoamericanas, trabajadoras sexuales y para afectadas por la trata de mujeres), mujeres africanas, mujeres Roma, la comunidad LGTBI, mujeres austriacas, mujeres negras, Asociación de mujeres cabeza de familia cuyas parejas fueron deportadas por no tener “aquel permiso absurdo”, etc. Vinimos todas las que pudimos. Pensé que seríamos por mucho 150, ¡y estuvimos unas 1.500! Aquí llegamos a pesar del frío que nos llega hasta los huesos.
Y empieza la marcha: las mujeres de “Ni una menos-Austria” sobresalen con sus colores, su alegría, su música, su fuerza y su impulso. Aquí van las latinas y las españolas con una impactante consigna: “En el 8M bailamos, marchamos, gozamos” Hermana, únete a nuestra rebelión. ¡Bailamos, por el aborto gratuito! ¡Gozamos por la libertad de nuestros cuerpos! ¡Bailamos por más participación política y para frenar los feminicidios! ¡Gozamos porque queremos ser libres y no valientes! A lo largo de la calle Maria Hilfe nuestro grupo cada vez es más grande. En una entrega casi delirante, seguimos nuestro baile de la rebelión. Evelyn, Susana, Lupe, Luky y Lucía, con sus pequeños, Sandra, con casi nueve meses de embarazo, Mara, con su brazo enyesado, Marcela y Tani, con sus incansables cámaras, Bárbara, con sus 85 años, Rosa, Maria, Sara… ¡y muchas más!
El movimiento feminista en Austria es fuerte y activo y se reivindica con organizaciones críticas del actual gobierno, conformado por una coalición entre la derecha y la ultra derecha. Queremos visibilizar la brecha salarial, queremos gritar que aquí también hay feminicidios, que hay violencia machista y que hay acoso sexual.
Soy optimista: A partir de una mujer ya hay un movimiento feminista, y en Viena sigue creciendo y ya nadie lo para. Además de en Viena, en Austria también se marchó en Innsbruck, la capital del Tirol. Además en Salzburgo mujeres migrantes de países hispanohablantes organizaron un encuentro reivindicativo para pasar el día en compañía feminista y sentirse parte también de las movilizaciones 8M que tuvieron lugar en tantísimas partes.
Luego de la marcha, en Viena nos unimos a la fiesta de las mujeres Kurdas de Irán.
Hay mucho por hacer, por mejorar y por reflexionar. Estamos aquí para construir un gran movimiento y el 8M-2019 ¡Será aún más fuerte!
BRASIL
“San Pablo: Feminismo que se extiende en devenires”
Marina Costin Fuser, Feminista independiente e integrante del movimiento 8M.
Traducción: Amílcar Salas Oroño
Este año el paro internacional del 8M no fue tan masivo como el del año anterior, aunque sin embargo no sólo se vieron manifestaciones en más de 60 ciudades sino que hubo un salto cualitativo respecto de cierta madurez política. Se profundizó lo que es la organicidad respecto de cuestiones fundamentales.
En San Pablo, la ciudad desde donde escribo, hubo más de una manifestación. Una más vinculada a las viejas tradiciones sindicales se concentró en el centro de la ciudad, con un eje (de convocatoria) más relacionado con la reforma jubilatoria que con las propias banderas de las mujeres, como la CUT (Central Única de los Trabajadores), poco abierta a levantar la bandera del paro de mujeres, más allá de que el sector más combativo y joven de su frente feminista de izquierda dejara explicitado su apoyo al paro. Otro sector menos identificado con la burocracia sindical oficial convocó a la Plaza Oswaldo Cruz, próximo a la Avenida Paulista, con el eje puesto en el paro de las mujeres.
Ambos movimientos son de izquierda, en un contexto en el que la izquierda brasileña se encuentra fragmentada y con poca disposición al diálogo; el mismo escenario de divisiones de antaño se repite, y si antes era una tragedia, actualmente es una farsa tragicómica. La situación del Golpe en el que el país se encuentra debería servir para unificar a la izquierda, y no para disputas por el poder. Por otro lado, es lindo ver que, aun siendo inviable la organización de un gran acto unificado, la ocasión permitió que las feministas se extendieran por la ciudad, del centro a la Paulista, el vía crucis de la ciudad; donde el corazón hizo que, una vez más, las manifestaciones se encontraran en la Avenida Paulista, presionadas por las bases que pedían la unidad. Otras manifestaciones y espacios de discusión toman las calles y las universidades de los conurbanos, inaugurando diálogos e interfaces en espacios donde el feminismo es todavía incipiente pero, por eso mismo, más urgente.
CHILE
“Que todo el territorio se vuelva feminista”
Colectivo Editorial Rufián Revista.
Las actividades del 8 de Marzo en Chile no sólo se enmarcaron en un contexto internacional de manifestaciones por los derechos de las mujeres, sino que también respondieron a una coyuntura local particular. Pocos días después, el 11 de marzo para ser exactas, asumiría el poder por segunda vez Sebastián Piñera. Los pocos derechos que se han conseguido en los últimos años se ven, desde nuestra perspectiva, seriamente amenazados por un presidente que no tiene problema en hacer públicamente bromas sexistas propias de la cultura de la violación, que declara que por esencia el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, que cree que las personas trans se corrigen con la edad, que una mujer no puede abortar porque solo dios da y quita la vida; y más generalmente, que un país es un sistema productivo de trabajo precario, que la educación –entre otras cosas– es un bien de consumo, que los derechos son secundarios. Es este escenario, que nos enfrenta al segundo gobierno de Piñera, el que también explica por qué mientras en otros lugares del mundo el llamado a huelga resultó tremendamente efectivo (empezamos el día con las imágenes emocionantes provenientes de Bilbao), en Chile ese horizonte fue inimaginable. Y es que el modo de neoliberalismo implementado desde la dictadura militar arrasó –también– con la organización sindical y con cualquier lazo social de solidaridad y trabajo colectivo.
Es por eso que la marcha del 8M configura un nuevo escenario. La organización de mujeres empieza a tomar forma y visibilidad, dando cuenta de su diversidad. Mujeres trabajadoras, estudiantes, migrantes, indígenas, lesbianas y trans se dieron cita en cada ciudad de Chile y en Santiago llegaron a 100.000, según cifras de la Coordinadora 8 de Marzo. Más allá de este hito masivo en el cual pudimos encontrarnos y reconocernos, creemos que somos parte de un proceso histórico y urgente que enfrentará una gran cantidad de desafíos en el futuro inmediato, pero del que ya empezamos a tener imágenes poderosas, voces colectivas y un movimiento de mujeres que no está dispuesto a seguir esperando por sus derechos y sale a reclamarlos y ejercerlos. Hoy nos organizamos y delimitamos nuevamente un horizonte posible. Hoy recompusimos, de alguna manera, un proyecto solidario y colectivo cada vez más dispuesto a desandar el camino obligado, heredado de un modelo que nos invisibiliza y nos precariza constantemente.
COLOMBIA
“8M en Colombia: Por la defensa del sentido común”
Diana Molina Rodríguez, Universidad de Nariño – Universidad Cooperativa de Colombia y Angela Navia, Universidad de Nariño – Marcha Patriótica.
En Colombia el 11 de marzo de 2018 se eligen los representantes al legislativo, un escenario electoral que puso a arder al país en medio de las confrontaciones políticas más álgidas de los últimos tiempos: El poder presidencial se lo disputarán diversas tendencias que representan las caras opuestas de la moneda en temas como la redistribución, la reconciliación o el retorno a la guerra, la protección económica al medio ambiente, la efectivización de los derechos económicos, sociales, culturales y la figura del Estado fuerte o complaciente con las extravagancias del capital, entre otros.[1]
Pero el sufragio no es suficiente. Por eso hoy 8M, las colombianas paramos como un acto de obstinación y de esperanza que es también un acto de solidaridad y de reconocimiento: nos encontramos porque no nos gusta el Estado de derecho que se proclama por nuestros parlamentarios, cómplices directos de unas leyes para cuerpos domesticados y vencidos; de unas leyes desvalidas y frágiles, hechas por vencedores sobre quienes padecemos explotación simbólica y física, económica y poscolonial.
Paramos desde la cotidianidad y decimos no a los paradigmas patriarcales de la explotación laboral, doméstica y territorial; paramos las lógicas que justifican la muerte, la discriminación, el enemigo y el miedo; paramos las estadísticas crecientes de divisas como de desaparecidos y excluidos en Colombia. Paramos el lenguaje que atiza la guerra, paramos las pos verdades que niegan la historia y justifican masacres. Paramos pero no bajamos las banderas.
En el siglo XXI, las mujeres de Colombia libramos una lucha por el sentido común bajo la premisa de que en nuestro país las prioridades se invirtieron de manera radical durante la guerra. Se trata de un sentido común por la vida: Antes que la ganancia la vida, antes que el confort la vida, antes que la acumulación la vida, antes que el extractivismo la vida, antes que la bandera del enemigo rendido la vida.
Se trata de recuperar el sentido común desde el diálogo horizontal de saberes que aúnan al otro sin necesidad de eliminarlo o devorarlo; del que arrulla y reconcilia y no que grita y descarta, del que incluye a todos desde el amor y no los enlista masivamente para el odio colectivo.
ECUADOR
“La marcha contra el Estado ausente”
Johanna Romero, Mujeres por el cambio.
“Parece que en Ecuador la Constitución se fue de vacaciones” dijo uno de los comisionados durante la audiencia de la CIDH para conocer la situación de los derechos humanos de las mujeres en Ecuador. Esta expresión no fue por la silla vacía que dejó el estado ecuatoriano, sino porque se había evidenciado que la realidad de las mujeres en el país es alarmante, pese a la abundante normativa vigente.
En Ecuador el 8M las mujeres marchamos rechazando la ausencia del Estado que no garantiza una vida libre de violencia, porque creyó que su responsabilidad llega hasta lo normativo, que la construcción de un marco normativo para la protección de las mujeres es suficiente. Por esto el abismo entre la ley y la realidad. Más de 160 mujeres murieron este año, el aborto sigue siendo un delito que condena a mujeres jóvenes y pobres, niñas menores de 9 años aún son obligadas a parir, el desempleo y el subempleo sigue teniendo rostro de mujer.
Pero las mujeres amazónicas nos recordaron que la violencia también alcanza al lugar en donde habita, a la tierra que trabajan y las alimenta. Cientos de mujeres amazónicas se trasladaron en jornadas de hasta 3 días hasta el Puyo para denunciar la destrucción y contaminación de sus territorios tras la llegada de las petroleras. Líderes como Alicia Cahuiya, Gloria Ushigua y Margoth Escobar, son ejemplos de la resistencia que las mujeres amazónicas han desplegado los últimos años contra el poder económico y político que está detrás del negocio del petróleo. Las mujeres indígenas amazónicas saben que el machismo y la violencia habitan sus comunidades en diversas formas, como cuando las petroleras deciden negociar con los hombres de sus comunidades, o cuando el Estado pacta con los líderes para no llevar a cabo verdaderos procesos de consultas previas.
Mientras en la ciudad nos enfocamos en que el Estado nos asegure una vida libre de violencia y libertad para decidir sobre nuestro cuerpo, las mujeres campesinas y amazónicas dan un paso más y demandan el respeto a su derecho a decidir sobre el territorio que habitan, que trabajan, que les alimenta.
MÉXICO
“¿Por qué nos sobran razones para marchar? 8 de marzo en México”
Aleida Hernandez Cervantes, Académica y feminista – @CerAleida.
Cuando las opresiones son tantas, cuando las injusticias se diversifican e intensifican, cuando los caminos para ser libres se obstruyen, cuando la casa es el lugar más peligroso para vivir, cuando la calle por la que caminamos es terreno minado, cuando podemos escoger libremente la ropa con la que vestimos, cuando nuestro cuerpo es tratado como un espacio público al que todos pueden acceder y violentar, cuando nuestra voz es menos escuchada, cuando si disfrutamos nuestra sexualidad somos criticadas, cuando nos han violado y en lugar de procesar al violador nos culpan a nosotras del delito, cuando percibimos menos salario por el mismo trabajo que realizan otros, cuando llevamos todas las tareas del hogar y de los cuidados de toda la familia, cuando se apoderan de nuestra vida hasta aniquilarla, cuando amanece nuestro cuerpo sin vida destrozado, cortado, violado y arrojado a un páramo, cuando en una institución se burlan de nosotras al denunciar los golpes y el peligro de muerte… Cuando todo eso pasa y pocos hacen algo, las mujeres marchamos, gritamos al mundo que ya basta, hacemos huelga, paro y protestas, exigimos nuestros derechos porque son nuestros.
En México este 8 de marzo salimos a las calles a marchar Porque nos sobran los motivos, así nombramos nuestro caminar. Cientos de mujeres se dieron cita en las plazas públicas y calles principales de cada región. Porque nos sobran los motivos que ya no quisiéramos que existieran. Porque en México, en promedio, asesinan violentamente a 7.5 mujeres por día. Porque las mujeres ganan 30% menos que los hombres. Porque 5 mil 466 mujeres han sido desaparecidas, porque más de 50 mil son víctimas de trata, porque hay 36.5 violaciones diarias a mujeres.
México es un país muy peligroso para la vida de las mujeres. Por esas razones marchamos este 8 de marzo y lo seguiremos haciendo, gritando fuerte ¡Ya basta!
SUECIA
“#YaNoNosCallamos. En Suecia también hay patriarcado”
Dolores Calvo y Belén Martín, Femigrantes.
En Suecia, las diferentes actividades, seminarios, paneles y otros eventos culturales, así como la manifestación principal del 8 de Marzo en Estocolmo, se vieron fuertemente impregnadas de la ya llamada “Revolución #metoo”. El mes de octubre pasado, miles de mujeres en Suecia habían roto el silencio compartiendo experiencias de acoso sexual, humillaciones, violaciones y otros abusos a que estaban siendo sometidas por los hombres. En las redes sociales, primero, y luego a través de cartas abiertas colectivas, mujeres de distintos ámbitos (la cultura, el periodismo, la academia, el deporte, partidos políticos, las fuerzas armadas) pusieron sobre el tapete lo que el movimiento de mujeres en sus diferentes expresiones ya sabía: aún no hemos alcanzado el paraíso de la igualdad; el patriarcado, también en Suecia, sigue vivito y coleando.
A pesar de lo mucho conquistado en Escandinavia a través de la lucha del movimiento de mujeres, la violencia machista, las desigualdades en el mercado de trabajo y el sistema de pensiones, y la desigual distribución de la carga de cuidados, por nombrar sólo algunos aspectos, muestran que Suecia no es un país donde la igualdad de género sea ni mucho menos una realidad.
Diversas agrupaciones de mujeres y el partido Iniciativa Feminista organizaron la manifestación principal del 8 de marzo en Estocolmo y marcharon bajo la consigna “Ya No Nos Callamos”. Cientos de mujeres corearon consignas como “¿Qué vamos a hacer?/ ¡Destruir el sexismo! / ¿Cuándo? ¡Ahora!” y “Mi cuerpo, mi decisión, no quiero tu maldito ideal”, entre otras. En los discursos que diferentes blogueras y activistas pronunciaron, se enfatizó la importancia de la lucha feminista contra la violencia machista, la prostitución, la trata, y el negocio de los vientres de alquiler. La necesidad de romper con la cultura del silencio y transformar los patrones de sociabilización que producen “machos” y “niñas buenas”. Se demandaron mejores condiciones de trabajo en las profesiones feminizadas y que se implemente una jornada laboral de 6 horas. Subieron también al escenario mujeres polacas, kurdas e iraníes y hablaron de sus luchas. Se nombró asimismo la lucha del movimiento de mujeres en Latinoamérica y a Ni Una Menos.
Todos los discursos coincidieron en una cosa: la revolución feminista es global y recién empieza. Prepárense.
VENEZUELA
“#Nosotras paramos al son del tambor caribeño”
Alba Carosio, Red de Colectivos La Araña Feminista.
Uniéndonos al resto de la Patria Grande y el mundo, las mujeres venezolanas paramos para seguir luchando contra el patriarcado y el capitalismo. Pensamos que estamos asistiendo a una recomposición conservadora y al avance de los fundamentalismos religiosos, el neoliberalismo, el neofascismo y la intención neocolonial de seguir viendo a Nuestramérica como el patio trasero del imperio. Todo esto se expresa en diversas expresiones de machismo y misoginia que reproduce el aparataje cultural, y que no sólo subyuga la voluntad y derechos de las mujeres y las sexualidades disidentes, sino que nos arrebata la vida: menospreciando nuestras muertes, nuestro derecho a la salud, a la alimentación y a un trabajo dignamente remunerado.
Este 8 de marzo, en Caracas, desde las 10 de la mañana nos concentramos en la Plaza Bicentenaria, feministas declaradas de varias organizaciones y también, algo más tarde, mujeres militantes del chavismo. Más tarde aún llegaron los discursos de Ministras, Constituyentistas y el Presidente de la República, como testimonios de un proceso que hace varios años Chávez definió como socialista y feminista. Actividades similares se realizaron en otras ciudades venezolanas como Barquisimeto.
Como somos Caribe, hubo colores y tambores, alegría y consignas, fue un comienzo lúdico y afectivo. Hubo performances, serigrafías, entregas de anticonceptivos, con las renovadas armas del teatro de calle para la reflexión placentera. Pedimos tiempo para el disfrute y el placer, pedimos reconocimiento y valoración, y pedimos corresponsabilidad para cuidar la vida, y por eso el grito fue unánime “si nosotras paramos, se para el mundo”. Pedimos que el reconocimiento del valor del trabajo doméstico que está en nuestra constitución se materialice en políticas y se impulse el cambio cultural que destruya la división sexual del trabajo.
Llamamos la atención sobre cómo la guerra económica significa más horas de colas para adquirir alimentos; más horas cocinando y limpiando; más horas en la búsqueda permanente del sustento cotidiano; más horas para transportarnos y para conseguir medicamentos; las mujeres somos las principales afectadas por la crisis y también somos quienes la intentamos superar en lo cotidiano.
Paramos contra la violencia machista, y para pedir castigo justo y ejemplarizante a la violencia obstétrica que ha venido aumentando la mortalidad materna.
Demandamos al Estado la antigua deuda por la despenalización del aborto, en respeto a nuestra responsabilidad y autonomía corporal; y por el derecho a recibir educación sexual laica y liberadora, que reconozca la diversidad.
Fue una jornada de cantos y luchas, de bailes y fiesta, una jornada combativa. Ya cayendo la tarde, se entregó a la Asamblea Nacional Constituyente la Ley de Parto Humanizado y la Ley de Democracia Paritaria, para que sean debatidas y esperamos que aprobadas. Son también, una histórica demanda.
URUGUAY
“Momento de paro, marea de rebelión”
Colectivo Minervas
En Montevideo llegamos a Plaza Libertad cargadas de palabras enlazadas en rondas de mujeres, asambleas y pancartas, llenitas de dolores, rabias, alegrías y luchas compartidas, de resistencias tejidas desde abajo cada día en cada barrio, en cada encuentro.
Llegamos sabiéndonos tantas y en tantos lugares. Habíamos estado atentas, alertas, acompañándonos, compartiendo, tejiendo y gestando ese fluir que estaba recorriendo todo el territorio y que sentíamos latir con fuerza a punto del desborde.
Nosotras, mujeres, trans, lesbianas, sentimos en el pecho y en las piernas toda esa energía que se movía en los diecinueve departamentos, en plazas, calles, esquinas, entre pintadas de carteles, de rostros y de cuerpos, entre música, intervenciones artísticas y piques de autocuidado.
Nos nombramos, nos escuchamos, nos expandimos en mil voces que fueron grito, rabia, alegría y rebelión. Faltaban las presas, las desaparecidas, las manicomializadas y todas aquellas que se han llevado. Se asomaban señoras a los balcones, correteaban niñes y sabíamos en cada paso que este andar era por todas.
El paro de mujeres fue puro movimiento, dijeron que fuimos marea, y ahí marchamos, una vez más, 300.000 voces en Montevideo, otras miles en cada rincón del país, inundándolo todo a pura fuerza y puro amor.
Y ahí entre nuestros pies y los abrazos caracol fueron quedando los surcos, las grietas. La marea feminista viene haciendo ruido, ya no se la puede desoír, corroe desde abajo a este sistema capitalista y patriarcal socavando sus cimientos. Somos marea que desborda.
Desborda nuestros cuerpos, nuestras historias. Desde el encuentro y reconocimiento en cada una, desde ese sentir y el anhelo a una sola voz hicimos nuestra proclama colectiva, sabiendo que así estaba siendo en otras calles del país. Una proclama que se volvió grito y canto combativo, de sabernos juntas, de querernos libres.
Somos marea sí, y vamos arrasando el miedo.
[1] El texto fue escrito el 8 de marzo, previo a las elecciones.
Imagen de portada: edición digital sobre foto de Lorena Lizama