Crónica Colectiva sobre el ENM 2019
Constelaciones feministas: potencia y multitud

Crónica Colectiva

Introducción

Los Encuentros Nacionales de Mujeres son claves en la historia del movimiento feminista en la Argentina. Desde 1986, este evento que se caracteriza por su horizontalidad, autonomía y pluralidad, convoca cada año a mujeres, lesbianas, travestis y trans de diversas procedencias y vivencias con el fin de enlazar formas de resistencia frente a la precariedad, a la vez que invitan a la imaginación de nuevos horizontes emancipatorios, de otras formas de vida en común.

Con el desafío de continuar en este camino de reflexión y lucha, entre el 12 y el 14 de octubre se realizó el 34° ENM en La Plata. Más de 200 mil personas provenientes de distintas latitudes, y enmarcadas en colectivas, sindicatos, partidos, espacios barriales o sueltas, confluyeron en los 87 talleres y 10 conversatorios propuestos, como así también en las calles, las plazas y demás actividades culturales.

En un intento por acompañar esta experiencia colectiva, desde Bordes convocamos nuevamente a distintos espacios para que compartieran su mirada sobre el 34° Encuentro, su relevancia y la agenda de los feminismos, buscando reponer aunque sea una pequeña muestra de la diversidad que allí se hace presente.


Índice

  • La inmensidad y lo inconmensurable. María Alicia Gutiérrez, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
  • Transformar las instituciones a partir del activismo de católicas feministas. Católicas por el Derecho a Decidir.
  • Plurinacional y de todes. Sofía Veliz, CHANA.
  • La lluvia alimentó la marea. Bisexuales Feministas.
  • Feministas y Plurinacionales. Lucía Portos, La Cámpora.
  • El Encuentro más grande de la historia, atravesado por debates importantes sobre el futuro del país. Sofía Achigar, Pan y Rosas en el Frente de Izquierda Unidad.
  • El encuentro somos todxs. Verónica De Luca, Frente de Mujeres y Diversidad PSol de CABA y Nacional.
  • 34 Encuentro de Mujeres y Disidencias: la marea verde copó La Plata. Juliana Cabrera, Plenario de Trabajadoras en el Frente de Izquierda Unidad.
  • El futuro es con todes y es feminista. Erica Porris, Mala Junta – Poder Feminista.

Foto: Florencia Urosevich

La inmensidad y lo inconmensurable

María Alicia Gutiérrez, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Invadida por la emoción y el cansancio, estas reflexiones están atravesadas por la urgencia. La Plata fue un estallido: de colores, olores, encuentros, abrazos, lluvia, desplazamiento, derivas y tanto más. Los debates, algunos en calma y muchos acalorados, marcaron, junto con la masividad, el sentido de este 34º Encuentro que, entre otras cosas, se cuestionó de raíz su propia denominación.

Larga historia de Encuentros Nacionales de Mujeres, una genealogía que sería importante registrar en la memoria, y que viene transitando un debate intenso sobre el cambio de nombre. El crecimiento de los feminismos, la demanda de grupos postergados e invisibilizados pero activos, puso en jaque la historia de la nominación que refleja otros tiempos y que es necesario repensar. Debate interesante, rico y productivo que muestra la potencia de los feminismos, el gran movimiento que está cuestionando a nivel global, como ningún otro, todos los sentidos del mundo actual. La reflexión y la acción, así como la internacionalización, son el sello de origen del feminismo. Del mismo modo se pone en evidencia la dimensión conflictiva, las disputas (de sentido y territoriales) que han marcado su historia. En este caso, atravesado por la instancia electoral en medio de una brutal crisis económica y política que le dio una impronta particular. 

No es fácil hablar de “el” Encuentro: en el sentido de uno se conjugan las diversidades; distintas narrativas, testimonios, paredes intervenidas, experiencias, voces, tejidos colectivos, asambleas, baile, batucadas y mucho más. Los talleres, el dispositivo de intercambio y debate, recorrieron un abanico inconmensurable de temáticas, tanto los organizados como los autoconvocados. Y el pañuelazo realizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito tuvo una dimensión impactante.

La Marea Verde (término que por su etimología indica algo que se acerca y aleja, y no termina de significar la intensidad de su crecimiento permanente) ya es un sello inconfundible en el país, en la región y el mundo. Su origen estrechamente ligado a las luchas por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina desbordó su sentido y hoy se hace carne en todas y cada una de las demandas. La marcha multitudinaria del domingo fue el reflejo, con las banderas, pancartas, glitter y recorridos diversos, de ese grito que ya no podrán dejar de escuchar: #SERÁLEY.


Foto: Florencia Urosevich

Transformar las instituciones a partir del activismo de católicas feministas

Católicas por el Derecho a Decidir

En la actualidad creció el interés por las teorías que entrecruzan sexualidad, género y religión, entonces el Encuentro se convierte en un espacio para profundizar debates y enriquecer saberes.

Marta Alanis, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), fue una de las pioneras que asistió a este espacio colectivo de mujeres. Muchas de ellas volvían del exilio político que la dictadura les impuso. Otras, que vivieron el exilio interno, participaban con la apertura democrática y el deseo de construir política desde una perspectiva de género. Temas como el cupo femenino, los derechos sexuales y reproductivos, la participación política de las mujeres, el trabajo digno, la separación de las iglesias y el Estado, o la violencia estaban (y están) presentes en la agenda del Encuentro y también son centrales para CDD.

“Así nacieron los Encuentros como espacios de debate y reflexión para construir una agenda feminista que pueda incidir en las políticas y también en las prácticas cotidianas de las mujeres. CDD en cada encuentro pone en evidencia que las instituciones religiosas y la Iglesia católica con su jerarquía heteropatriarcal no pueden imponer el modo en que tenemos que vivir la sexualidad, la espiritualidad, los vínculos afectivos y los roles como sujetas de derechos. En cada Encuentro mostramos que otra Iglesia es posible”, dijo María Teresa Bosio, presidenta de la organización.

CDD trabaja por la construcción de una Iglesia compasiva, comunitaria, que no juzgue y expulse a quienes quieren disfrutar y enunciar la sexualidad de otros modos que no sea desde el mandato de la maternidad obligatoria. “La religión no puede ser un modo de subordinación para las mujeres. Trabajamos para que sea un espacio liberador que nos conecte con lo trascendente respetando nuestras decisiones, nuestros valores y nuestras prácticas construidas en libertad”, afirmó Bosio desde La Plata.

En el Encuentro de este año, las temáticas que interpelan a CDD estuvieron en distintos talleres: Estado, Poder y Religiones; Educación Sexual Integral; y Estrategias para el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, entre otros. Los talleres son espacios de debate, en los cuales la palabra circula entre las asistentes y luego se elaboran conclusiones en función de las propuestas y posicionamientos que hayan surgido durante los dos días. Participamos no solo de los espacios de discusión sino también organizamos actividades que permitan a otras compañeras acercarse a nuestra organización y a las tareas que impulsamos.

El acceso al aborto legal, seguro y gratuito está entre las prioridades de CDD, que forma parte de la Campaña desde sus inicios. Trabajamos junto a otras redes feministas para garantizar que la maternidad no sea un mandato sino una elección.

A cada Encuentro, la organización viaja con materiales bibliográficos y vuelve con las manos vacías porque todas las compañeras que se acercan quieren llevarse un libro, un pañuelo de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, o una remera con las consignas de CDD. “Volvemos para construir la Iglesia, la sociedad y las alianzas feministas que soñamos”, sostuvieron desde la organización.


Plurinacional y de todes

Sofía Veliz, CHANA

La Plata estaba inundada y no sólo por el agua. Un encuentro histórico rompía otra vez el récord de asistentes. Este año más que nunca empujamos para que todes sean nombrades porque lo que no se nombra no existe. Mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries somos parte del mismo entramado que se mira, discute, y construye la política que queremos para el Estado que imaginamos. Vivir por 3 días una ciudad que parece escuchar nuestras necesidades, abrazar nuestra libertad y admitirnos tal cual somos, es parte de la fiesta.

Este año lo nombramos y gritamos plurinacional porque no queremos desoír la historia de nuestro pueblo y nuestra tierra. La tierra y las feministas originarias no pueden ser invisibilizadas nunca más. La tierra, las mujeres y las comunidades, ese vínculo que es parte de nuestra biografía.

En un auditorio repleto quedó claro que la unidad de las trabajadoras no se negocia. En 21 aulas se alzó la bandera del trabajo sexual desde una perspectiva de reconocimiento y derechos para cortar con la marginalidad que empuja a algunas a vivir en la clandestinidad. Queremos salir de todos los closet y sacar de allí nuestras vivencias. Por eso volvimos a reclamar por el aborto legal, y reventamos la calle para visibilizar los travesticidios. Copamos con la conversación y el conventilleo los pasillos de la Universidad. El refugio para tanta agua fueron las miradas, la complicidad de inventar nuevas estrategias para un mejor vivir, para una política que nos considere, una justicia a la que accedamos, para reconocernos trabajadoras remuneradas o relegadas a la falta de reconocimiento.

El domingo salió el sol, aparecieron las canchitas que agitaban la bandera de la revolución de los botines. Escuchamos a las guerreras de la Abya Yala nombrar a las asesinadas en defensa de sus tierras y acercar a los oídos los sonidos de los idiomas originarios.

La marcha congregó a casi 500 mil personas que caminamos 80 cuadras saltando y cantando sin descanso. Sin embargo no salió en ningún medio. El Encuentro, ese hecho político sin comparación en el país ni en el mundo, que se repite año a año prácticamente no pudo ser visto ni oído.


Foto: Agustina Barbuto

La lluvia alimentó la marea

Bisexuales Feministas

Sábado 12 de Octubre, La Plata. Llovía a cántaros en esta ciudad que sabe y recuerda de inundaciones nefastas, de calles como ríos, de barrios submarinos. Esta vez la marea –además de verde– era plurinacional y de cuerpos autoconvocados, espontáneos, de mujeres cis, trans, travas, travestis, lesbianas y personas no binarias. Desde múltiples lugares, con trayectorias singulares, con sus luchas y con las nuestras, nos reuníamos para hacer historia una vez más como todos los años, desde 1986. Y éramos muchxs, muchísimxs, para este encuentro, el último de la era Macri.

La cancelación del acto oficial de apertura fue la oportunidad perfecta para un brunch que se extendió hasta el inicio de los talleres y anticipaba discusiones y reflexiones. Y también, fue la ocasión de empezar a palpitar las intensas horas de debates, experiencias, y estrategias para la visibilidad en los talleres de mujeres y bisexualidades, que se llevaron a cabo en el segundo piso de Humanidades. La facultad, ubicada en el ex-centro de operaciones de la Armada y cuyos muros guardan memoria de represiones, violencias y terrorismo de Estado, fue, irónicamente, el lugar en el cual pudimos articular y llevar a cabo el primer taller de Activismo Bisexual; el reclamo de apertura de este espacio, exigido desde 2013, fue sistemáticamente obturado por las diversas comisiones organizadoras (nota al cuerpo: este año la CO decidió cambiar el nombre y el contenido del taller, en un acto de borramiento de nuestra identidad). Tal y como acostumbramos en nuestro movimiento, conquistamos nuestro derecho a organizarnos y pensar estrategias para nuestras existencias bisexuales: el taller –autogestionado– se llevó a cabo con la presencia de más de 50 personas.

En el medio, la lluvia parecía escampar y el sábado a la noche nos encontró en el Olga presentando nuestro libro. Gestado hace diez años y deseado entre fervorosas discusiones en los talleres, Bisexualidades Feministas. Contra relatos desde una disidencia situada es ante todo, un encuentro afectivo y una invitación a pensar nuevas preguntas. Luego, el festival, las amigas, la música, el baile, y más encuentros que no tardaron en llegar; duraron toda la noche, y todo el domingo, y parte del lunes también. Porque si hay algo que no está en discusión en el nombre es el Encuentro: es esa energía que nos atraviesa cuando existimos juntxs, cuando luchamos y resistimos juntxs.

Domingo. Sale el sol, aprovechamos la hora del almuerzo para volcarnos a las plazas, para el fulbito con las compañeras. Nos apuramos a transcribir las conclusiones en las hojas oficiales, porque hay que marchar, juntxs, con todxs, porque somos plurinacional. Y, finalmente, la marcha: brotó como el agua de una cascada e inundó la ciudad, más de 30 largas cuadras, con redoblantes, purpurina, pañuelos y torsos desnudos. Hay quienes predican una lucha ascética, una política de la austeridad; pero quienes militamos desde el deseo lo hacemos con alegría, con música y con fiesta. Ese domingo, La Plata se sumó al aquelarre más grande del que tenemos registro y empapamos la ciudad de nuestros placeres.


Feministas y Plurinacionales

Lucía Portos, La Cámpora

EL 34º Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar el fin de semana pasado en La Plata, fue también el que logró la mayor cantidad de asistencia de mujeres, lesbianas, travestis y trans en la historia de los encuentros.

No es un asunto casual, ni necesariamente vinculado a una facilidad geográfica de la ubicación del ENM en la Provincia de Buenos Aires. El caudal de su asistencia y la intensidad de sus debates también se debe a la coyuntura: estamos en un año electoral y el feminismo participa activamente de la disputa política.

Nuestras luchas no son ajenas a los problemas del país, como chicanean algunas personas, ni se pueden posponer o hacerse esperar mientras se resuelven asuntos “más urgentes”, las mujeres, lesbianas, travestis y trans, somos la mitad de la argentina y los problemas que nos aquejan, así como las posibles soluciones, nos afectan directa y específicamente. El ajuste nos golpea con mayor crueldad, la crisis económica se expresa con mucha más crudeza en nuestras vidas, así como el desempleo. Fue un encuentro que no ignoró ese contexto, sino por el contrario lo ponderó y lo enriqueció con las experiencias de muchísimas mujeres que vinieron de diversos lugares de la región y a quienes la crisis afecta de maneras diferentes.

Fue, también, un encuentro Plurinacional, porque nuestro feminismo se propone derribar todas las formas de discriminación y opresión, y eso implica preguntarnos por nuestras propias fronteras. Tres días de encontrarnos y escucharnos con mujeres de la región y de construir una identidad política feminista latinoamericana, fuerte y palpitante. Sólo posible a través de vernos y de escuchar todas nuestras experiencias y voces.

Tres días en los que estuvimos en desacuerdo, existieron tensiones y debates, pero finalmente, en la marcha, el consenso siempre queda: volveremos mejores y feministas a reconstruir, no sólo el país que destruyeron, sino también la patria grande: feministas y plurinacionales.


Foto: Romina Smiraglia

El Encuentro más grande de la historia, atravesado por debates importantes sobre el futuro del país

Sofía Achigar, Pan y Rosas en el Frente de Izquierda Unidad

Copamos La Plata, como se escuchaba en los cánticos durante los tres días. La marea verde que instaló en la agenda política nacional el reclamo por la aprobación del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, debatió en comisiones cómo conquistar ese derecho que nos vienen negando todos los gobiernos. Las aulas de las facultades donde se desarrolló el debate estaban colmadas, también las plazas de toda la ciudad. Lxs pibxs se hicieron ver desde el sábado por la tarde, en un pañuelazo enorme donde se escuchaba con fuerza “aborto libre y legal ya, y que los curas se vayan a laburar”. Y allí me encontraba junto a mis compañerxs, agitando nuestros pañuelos verdes junto al que bregaba por la separación de la Iglesia del Estado. Contra los dinosaurios que se encuentran en las listas del macrismo y también del Frente de Todos aliado a personajes como Manzur, era importante para nosotras darle fuerza a reclamos que desde el Frente de Izquierda Unidad acompañamos y son banderas que llevamos en nuestra plataforma. No hay panquequeadas porque hay coherencia política, como suele decir mi compañera Myriam Bregman quien fue parte de este último Encuentro. Nuestro lema es “100 % verdes”.

Debates sobre la deuda externa, el rol del imperialismo en América Latina, y otros, fueron parte de un espacio que mostró la politización que atraviesa el país y donde la incertidumbre sobre nuestro futuro es tema de conversación cotidiano. En ese sentido, creo que hemos aportado una reflexión importante durante el Encuentro: Macri ya fue, pero el ajuste del FMI seguirá, y sabemos que solemos llevarnos la peor parte, porque lo vemos cuando tenemos los peores trabajos, cuando se habla de feminización de la pobreza. Pero Ecuador muestra un camino distinto: allí estuvieron campesinxs, indígenas, el pueblo trabajador derribando los planes de ajuste del Fondo. Y también comienzan a levantarse en Chile contra los tarifazos. ¿Cambia la flecha en América Latina? En este contexto, es que apostamos a darle fuerza a una alternativa política anticapitalista y socialista como la que expresamos junto a mi compañero Nicolás del Caño, en peleas cotidianas por el aborto y junto a las trabajadoras de las luchas en curso que se hicieron presentes en la ciudad de las diagonales. Las comisiones de mujeres de Madygraf, Ansabo, Coca Cola, y la lista sigue. Esta perspectiva levantamos las que apostamos por un movimiento de mujeres y la diversidad democrático, de lucha e independiente de los partidos tradicionales y las Iglesias. Estas peleas son por el presente, y por nuestro futuro.


El encuentro somos todxs

Verónica De Luca, Frente de Mujeres y Diversidad PSol de CABA y Nacional

Cada vez que unx va al Encuentro Nacional de Mujeres, ahora nombrado Plurinacional, nos atraviesan un montón de sensaciones, sentimientos, pensamientos y a su vez nos ponemos a producir en conjunto nuevos debates, proyectos, programas lo que termina generando una ampliación de derechos. Pero el Encuentro no es un lugar donde todo nace y finaliza ahí, sino que tiene procesos previos de organización y continuidad.

Lo que se produce en esos tres días es parte de una construcción colectiva anterior que se extiende en el tiempo y cuando se vuelve se continúa debatiendo, sistematizando y procesando el contenido. El hecho nos atraviesa en lo personal y en lo colectivo, en lo privado y en lo público.

Por otra parte a pesar de ser multitudinaria su concurrencia, lo que en el común se imagina como algo desordenado y caótico, existe un orden, una organización, una coherencia y unos cuidados. Como así también, los temas que surgen en los encuentros intentan reflejar siempre la actualidad de las demandas, necesidades y acciones.

Este es el tercer año que tratamos el tema de lo Plurinacional y nos encontramos ante una comisión organizadora que pretende hegemonizar su posición de ENM. Por otro lado, las bases ya decidimos que el Encuentro es Plurinacional y con las disidencias. Se lo nombra y al nombrar una cosa ya existe. Porque así es el feminismo, incluyéndonos y expresando las realidades de todxs.

Ser plurinacional es tener en cuenta a las 36 naciones de los pueblos, las comunidades originarias y las afrodescendientes; incluir las disidencias es visibilizar las distintas identidades sexo genéricas, eso es una parte vital de la historia de luchas comunes del feminismo popular.

A los Encuentros vamos mujeres, lesbianas, travestis y trans, no binaries, de pueblos originarios, afros, trabajadoras rurales, migrantes, mujeres bisexuales, gordxs, con discapacidades y podríamos seguir nombrando, y todxs participamos no desde este año, ni del anterior, sino desde siempre. Y nuestras acciones cotidianas encuentran en este espacio la síntesis de todo el trabajo y militancia que venimos realizando para erradicar el patriarcado de nuestras sociedades. Entonces todxs somos parte de los encuentros y es por eso que nos nombramos.

Sabemos que, si bien hace más de 30 años se realizan los Encuentros Nacionales de Mujeres organizados por mujeres militantes y feministas, y desde sus inicios fue un hecho transformador, revolucionario que supo traspasar todo límite imaginario. Hoy en día, afortunadamente, participan de ellos otras voces que pueden expresarse, y con eso nos marcan que ese nombre ya no va más y que hay que adecuarse a los tiempos que corren, que son plurinacionales.


Foto: Romina Smiraglia

34 Encuentro de Mujeres y Disidencias: la marea verde copó La Plata

Juliana Cabrera, Plenario de Trabajadoras en el Frente de Izquierda Unidad.

La masiva concurrencia de compañeras de todo el país a este Encuentro de mujeres y disidencias volvió a mostrar la enorme potencia de nuestro movimiento.

Pese a todos los esfuerzos por parte de los partidos tradicionales (Cambiemos, PJ-Frente de Todos –con un Alberto Fernández que llama a abandonar las calles), la contención de las iglesias que ganan poder, y la tregua de las centrales sindicales; las mujeres volvimos a movilizarnos masivamente porque nuestras demandas siguen pendientes.

Seguimos luchando por el aborto legal, como se expresó en los talleres, en la asamblea de secundarias, en las charlas como la de Romina del Plá junto a Thelma Fardin, Anabel Cherubito y Laura Azcurra –que congregó a más de 1.000 personas–, y en el pañuelazo del sábado. Se debatió que la despenalización es un desvío a nuestro reclamo que no podemos aceptar, porque no revierte la criminalización existente (hace casi 100 años que el aborto está despenalizado por causales y las mujeres siguen yendo presas) y porque no evita las graves secuelas en la salud o la muerte si no se garantiza la práctica segura en el hospital.

La masiva columna de organizaciones independientes que, contra la política de la Comisión Organizadora (PCR-PJ-Patria Grande), marcharon hacia el centro municipal y la catedral, denunciando al poder político y clerical, expresó la lucha por separar a las iglesias del Estado. Porque no tendremos educación sexual y derecho a la salud para las mujeres y disidencias –incluida la anticoncepción y el aborto legal– sin terminar con la injerencia oscurantista en el sistema de salud y educativo. Un pacto social con las iglesias como plantean los Fernández, solo agravará este cuadro de bloqueo a nuestros derechos.

Las mujeres trabajadoras, como las de Kimberley Clark, Campo del Tesoro, INTI –y tantas otras que están peleando por los puestos de trabajo– debatieron con miles de mujeres la necesidad de fortalecer estas luchas y prepararse para enfrentar las reformas laboral y previsional que exige el FMI.

Las compañeras piqueteras participaron masivamente, mostrando que somos las mujeres las más golpeadas por la desocupación y las más aguerridas defensoras de la familia obrera –porque somos a quienes este régimen social le endilga las responsabilidades del cuidado familiar, mientras somete a los peores agravios.

La lucha contra la impunidad, contra las mafias de la trata, contra todas las formas de violencias, por los derechos de las disidencias, recorrieron los talleres y las importantes actividades asamblearias que se convocaron para sortear la regimentación de la Comisión Organizadora.

Hubo dos encuentros. El del PJ-PCR; y el de las luchadoras que queremos superar la contención para reforzar nuestras luchas. Volvemos fortalecidas para seguirla hasta conquistar lo que nos corresponde. ¡Adelante compañeras!


El futuro es con todes y es feminista

Erica Porris, Mala Junta – Poder Feminista

El #34Encuentro fue el más masivo de la historia pero contarnos de a cientos de miles no fue su única novedad. También fue el último Encuentro con el macrismo gobernando. A su vez, toda la diversidad y pluralidad de nuestro movimiento se expresó en los debates por el nombre: en esta 4ta ola feminista las categorías binarias y estancas ya no nos representan, queremos ser nombradas con toda nuestra pluralidad. Fue también el encuentro de las pibas de la marea verde, como las 600 secundarias que viajaron desde CABA y quienes coordinaron el taller de ESI para adolescentes, que apenas pasaban los 14 años.

A su vez fue el Encuentro que precede a una nueva etapa política en nuestro país. En unidad desde el movimiento feminista fuimos protagonistas en la resistencia y en la derrota del neoliberalismo, llegó la hora que nuestros feminismos sean también protagonistas en la creación de políticas públicas feministas transversales, que disputen poder en las casas, las calles y las camas pero también el Estado y las instituciones.

 

 

Foto de portada: Agustina Barbuto

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