Por Alejandro Cantisani
Dentro del palacio
los jueces se ríen de vos
finalmente descubrimos algoEsperando el milagro, Las Pelotas
La proscripción y el intento de encarcelar a Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta y la dirigente más importante de la oposición, pone en suspenso la legitimidad de la democracia argentina. Este hecho, probablemente el más grave desde la recuperación democrática, ha generado y sigue generando profundas muestras de acompañamiento a la expresidenta en defensa de la democracia. Alejandro Cantisani escribe aquí sobre el tiempo de la acción y la organización política: “Hemos realizado vigilias. Hemos exaltado nuestras reliquias. Hemos llorado. Pero también nos hemos reencontrado y abrazado con compañeros y compañeras con los cuales estábamos distanciados. Hemos también abrazado a nuevos integrantes de la comunidad que en un sentido amplio denominamos ‘Nacional y Popular’. Ahora, es tiempo de la acción. Que no es otra cosa que la organización.”
Vigilia
En la tradición judeo-cristiana la vigilia es el modo en el cual las personas creyentes se disponen espiritualmente para fortalecer su relación con Dios, e inclusive se disponen a la venida del mesías. En dicho sentido, la vigilia es un estado de alerta o vigilancia ante lo divino. Más interesante resulta el hecho de que en un gran número de vertientes de la tradición judeo-cristiana, la vigilia es un momento comunitario en el cual las personas creyentes se encuentran para entrar en comunión con Dios de manera conjunta.
El día 10 de Junio de 2025 se produjeron una serie de manifestaciones en distintos puntos del país, y en especial en la sede del Partido Justicialista Nacional en la calle Matheu 130 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estas manifestaciones fueron la reacción de un sinnúmero de personas ante el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que dispuso la condena a la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner a 6 años de prisión, y la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos. Finalmente, estas manifestaciones tuvieron su epicentro por la noche del 10 de Junio en la esquina de las calles Humberto Primo y San José, lugar de residencia de la ex-presidenta Kirchner. Allí, las personas que pertenecen a lo que podríamos denominar “la comunidad peronista”, realizaron una vigilia en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner ante la proscripción política producida por los poderes fácticos de la Argentina a través del Poder Judicial.
Pero volvamos a nuestro inicio en torno a la vigilia en la tradición judeo-cristiana. ¿Por qué poner en relación dicha cuestión con la proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner? La vigilia, ya sea en su sentido religioso o secularizado, pone en acto una comunidad de creencias. Ese “poner en acto” la comunidad de creencias la aumenta a partir de la comunión con otros miembros de la comunidad. Y la vincula con la esperanza de un futuro mejor, en el caso de la comunidad religiosa como resultado de un milagro.
¿En qué consiste la comunidad de creencias de la comunidad peronista? La creencia central es, como todos sabemos, la justicia social. El despliegue de esta creencia fundamental de la comunidad peronista se constituye a partir de dos elementos, a saber: la comunidad organizada y la conducción. La proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner es un ataque a uno de esos dos pilares, la conducción. Y en un sentido más profundo, un intento a la vez de proscribir las creencias de la propia comunidad organizada. Proscribir a Cristina es proscribir la creencia de la comunidad peronista.
Reliquias
Previo al fallo de la Corte Suprema Suprema de Justicia de la Nación, mediante el cual los poderes fácticos de la Argentina proscribieron políticamente a Cristina Fernández de Kirchner, se celebró un acto por el “Día de la resistencia peronista”. Allí la ex-presidenta Kirchner acuñó una frase que sintetizaría lo venidero, “soy una fusilada que vive”. La frase alusiva al libro Operación masacre de Rodolfo Walsh conecta el pasado de la resistencia peronista con la actualidad. Y marca como uno de los ejes centrales de la política presente del campo nacional y popular la resistencia ante el avance de un conjunto de políticas, que tiene como objetivo final la destrucción del sistema de creencias de la comunidad peronista.
Desde finales del Siglo II d.C la tradición cristiana practicó el culto a los mártires. Mediante este culto primeramente se veneraron las reliquias de aquellos que habían sido testigos de la obra de Cristo. Pero posteriormente esta práctica se extendió a aquellos que habían sido sacrificados por su fe en Cristo. Esta veneración de las reliquias de los mártires tenía su centro en sus propios cuerpos, pero también en objetos con los cuales estos tuvieron contacto. A la vez, estos objetos poseían un carácter sagrado en tanto podían producir milagros.
La vigilia del día 10 de Junio de 2025 comienza a transformarse en un relicario de la “fusilada que vive”. Y del martirio que su cuerpo individual sufre como consecuencia de su obra en favor del cuerpo colectivo de la comunidad peronista. La esquina de Humberto Primo y San José se llena de reliquias en la forma de cuerpos vivientes que dan cuenta de la obra milagrosa de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Frente a las cámaras televisivas un joven misionero relata que vino junto a su familia desde su provincia natal en los 90 para buscar un futuro mejor. Y esos noventa le depararon un “futuro mejor” en una villa de emergencia. Pero luego, prosiguió el joven misionero, gracias al Plan FinES y al Plan Progresar pudo terminar sus estudios secundarios y acceder a un trabajo formal. Analía, maestra de primaria, relató cómo consiguió construir su casa propia mediante el Plan Procrear. Alan, orgulloso de ser primera generación de universitarios en su familia destacó la importancia de la creación de las Universidades del Bicentenario. Elba lloró recordando cuando pudo acceder a su jubilación después de haber sido ama de casa toda su vida. Y así prosiguieron los testimonios que dieron cuenta de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Ley de Identidad de Género, el matrimonio igualitario, el Plan Remediar, el Plan Conectar Igualdad, la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), la Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Ex-trabajadores y trabajadoras de ARSAT, el INTI y el INTA llegaron con sus banderas. Investigadores e investigadoras del CONICET hicieron lo propio. Como si se tratara de una antigua ceremonia del cristianismo pagano, todos nos encontramos en esa esquina del barrio de Constitución para exaltar nuestras reliquias. Hombres, mujeres, diversidades sexuales, pobres, ricos, miembros de la comunidad peronista, e inclusive extranjeros a ella. Reliquias que dan cuenta de la obra de ese cuerpo mortificado por representar la pasión de la justicia social.
Kairós
Lisipo fue un escultor griego del Siglo IV a.C. Una de sus obras más reconocidas se encuentra perdida. Sin embargo, se conoce por sus copias romanas. Dicha obra es la escultura de Kairós, Dios de la de la oportunidad en la mitología griega. En la escultura de Lisipo se representa a este Dios de la oportunidad como un joven calvo que posee un sólo mechón de cabello, con la pierna izquierda flexionada para poder compensar con la fuerza de la pierna derecha una balanza. Las interpretaciones canónicas de esta escultura indican que lo que se representa es la fugacidad del tiempo oportuno. Fugacidad para interrumpir y cambiar el tiempo de Cronos, Dios del tiempo mensurable.
¿Y la balanza? ¿Qué representa? Alejémonos por un momento de la lectura canónica o filológica. ¿No podríamos decir que la balanza representa la justicia? Y si así fuera, Kairós, el Dios de la oportunidad, ¿no estaría intentando enderezar la balanza? Si aceptamos esta posible interpretación, Kairós es entonces el tiempo oportuno para contrarrestar la injusticia. Pero como bien lo indica la propia conceptualización del Kairós, dicho tiempo exige atención y determinación puesto que su duración es fugaz.
Luego de que la Corte Suprema de la Nación confirmará su condena, Cristina Fernández de Kirchner realizó una conferencia en la sede del Partido Justicialista Nacional. Allí convocó a la militancia a organizarse y empatizar con aquellas personas que más están sufriendo con las políticas del actual gobierno nacional. La proscripción política de Cristina, paradójicamente, como indicó ella, es un tiempo oportuno para volver a organizarnos. Señalemos en este punto una afinidad electiva entre la escultura de Lisipo y el escudo del Partido Justicialista.
El escudo justicialista se estructura a partir de una idea fundamental: no hay igualdad. La igualdad debe producirse. Esto se expresa en la asimetría en la cual una mano ayuda a la otra. Y esa igualación debe producirse a partir de la organización de la comunidad. En este punto encontramos esta afinidad con la escultura de Lisipo. ¿Por qué? Volvamos a la balanza. También allí podemos visualizar que hay desigualdad. Desigualdad que debe igualarse. Sin embargo, he aquí la diferencia, la igualación en la escultura de Lisipo es producida por algo que está por fuera de la balanza. Kairós, el dios de la oportunidad, irrumpe.
Comunidad organizada y Kairós. Algo falta, la conducción. ¿Será acaso que la conducción es el mismo Kairós irrumpiendo para conjugar la comunidad organizada con el tiempo oportuno para la acción? Hemos realizado vigilias. Hemos exaltado nuestras reliquias. Hemos llorado. Pero también nos hemos reencontrado y abrazado con compañeros y compañeras con los cuales estábamos distanciados. Hemos también abrazado a nuevos integrantes de la comunidad que en un sentido amplio denominamos “Nacional y Popular”. Ahora, es tiempo de la acción. Que no es otra cosa que la organización. Dijo un viejo sabio alguna vez que la organización vence al tiempo. ¿A qué forma del tiempo hace referencia ese viejo sabio? Intuyamos que a una forma del tiempo que solo reproduce el status quo: la desigualdad. O sea, a la forma del tiempo de los poderes fácticos. En ese tiempo de adversidad la comunidad Nacional y Popular se organiza. A la vez que se reencuentra con su conductora. Unidos y organizados, esperamos el milagro. Espera activa que devela la esperanza de un futuro más justo.
Alejandro Cantisani es docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Universidad Nacional de José C. Paz